El maestro neoyorquino aparcó temporalmente la comedia y consiguió por primera vez en unos cuantos años que su "entrega anual" no adoleciera de falta de trabajo. El principal valor del guión, uno de los mejores que ha escrito, es el complejo y ambiguo retrato de unos personajes que se mueven entre la ambición, la falta de escrúpulos y los protocolos sociales propios de un Londres exquisitamente fotografiado. En un doble salto mortal Allen reflexiona sobre la influencia de la suerte y del destino en la consecución del éxito, y del alto precio que hay que pagar por alcanzarlo.

Entre el reparto destacan una Scarlett Johansson escandalosamente sensual y el enigmático protagonista, Jonathan Rhys Meyers.