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España España · Madrid
Voto de Charles:
7
Terror. Ciencia ficción. Intriga Un meteorito se estrella cerca de la granja de los Gardner, liberando un organismo extraterrestre que convierte la tranquila vida rural de la familia en una pesadilla colorista y alucinógena. Uno de los relatos más emblemáticos de Lovecraft llega al cine de la mano de Nicolas Cage y Richard Stanley. (FILMAFFINITY)
18 de mayo de 2020
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
El refrescante punto de partida para este regreso del curioso Richard Stanley es que... no hay preparación.
Es decir, en otras películas que se dirigen a un catastrófico evento siempre hay un mal augurio, una mala contestación, una rabia esperando resurgir en el peor momento.
Pero no.
Esto es una familia, tan normal, tan rara, como pueda ser la tuya propia. Y un color cayó del cielo, poniendo todo su equipaje a prueba.

Nicolas Cage es pieza puntal de todo esto, como no podría ser de otra manera.
Su histriónico patriarca casi consigue congraciarse con la parte demente de toda la historia pero, en realidad, me sirve como ancla para poder ubicar esto dentro de una suerte de patetismo rutinario. Solo veo a un pobre hombre que quiere la estabilidad de sus hijos y esposa, aunque a veces asome el actor queriéndonos vender su numerito sobreactuado.
Precisamente gracias a eso él marca la temperatura del caos, cuando el misterioso meteorito hace que tras su desafección y aparente jocosidad salgan a la luz las sombras de su padre, por lo que sabemos, un pobre diablo violento, a una tele pegado.

El color muestra así su cara más terrorífica, refinando la naturaleza más pura de los que le han rodeado, hasta pinchar directamente en hueso, lanzando la pregunta de si realmente somos lo que queremos, o apenas sacos de carne que no pueden escapar de su putrefacción en este universo.
La madre consigue al fin, no superar su trauma del pasado, si no mutar para "mejor asimilarlo" (mejor lo ves), el hijo es brutalmente cortado de esa desprotección a la que se veía condenado, y la hija... por fin tiene su gran momento, algo para lo que siempre se ha preparado, como es ser heraldo de sobrenaturales eventos.
Hasta hace una noche, todos eran algo que no les llenaba, algo deshonesto, y en ese cambio al llegar la mañana quizás se encuentren más "corroídos", pero ya a nadie engañan.

En ese sentido, el color podría haber sido una religión. Una ideología. Un nuevo comienzo.
Pero no, de nuevo.
Solo es un alto en el camino, de una cosa que todavía no comprendemos. Y es solo al ver sus efectos en el escenario más pequeño posible (la familia de clase media) que nos invade ese terror profundo, insondable, que tan bien se le daba al bueno de Hache Pé.

Quién sabe qué hay ahí fuera, cósmicamente ajeno a nuestros diminutos problemas.
Si alguien quiere imaginarlo, aquí encontrará un buen pedazo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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