Haz click aquí para copiar la URL
Costa Rica Costa Rica · Me encantan las galletas
Voto de Javier Moreno:
6
7,2
1.974
Documental Recorre toda la carrera de Woddy Allen, film por film, a través de clips y numerosas entrevistas a actores, escritores, fotógrafos, directores, productores y a él mismo, acompañándolo en su rutina diaria, en su estudio, por las calles de Brooklyn, en su antigua casa y en el colegio de su infancia. (FILMAFFINITY)
8 de enero de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un regalo para ojos y oídos de cualquier incondicional de Allen, vimos publicitado un documental que trataba la figura de uno de los directores más prolíficos y polifacéticos de la historia, nuestro adorado Woody. Además veíamos elogios, cosa que ya sabemos pero asentimos con la cabeza como diciendo "cuánta razón", de varios actores y personalidades de la industria cinematográfica que avalaban la película. Así que ilusionados nos dirigimos al cine tan pronto como pudimos para ver qué se mostraba.

Un más que conocido Robert B. Weide que había dirigido ya otro documental y la archiconocida y multipremiada serie sobre Larry David parecía síntoma de buen trato del personaje. Sumando que es el único documental al que el neoyorquino ha accedido a participar todo parecía indicar que el trabajo no sería en vano, es más, si Allen se fiaba, nosotros (locos admiradores) confiamos plenamente.

El documental trata del artista y no de la persona, dato que otorga rigor pero que chafa intereses algo cotillas por aquellos detalles sobre lo que hace posible al artista. No creo posible separar por completo a la persona del personaje mientras haya tanto de expresión autobiográfica en toda su obra. Así que desde que se centra únicamente en su vida profesional, podemos advertir que no habrá mucho por mostrar que no se haya mostrado ya. El recorrido comienza en sus inicios como humorista y se detiene en describirlo con atención y esmero, probablemente por ser la catapulta de su fama y base fundamental de su trabajo. Pero en Europa no se conoce tanto esa faceta y eso nos ayuda a conocerlo algo más. Intercala su periplo profesional con algún retazo de entrevista en la que enseña dónde nació, el colegio al que asistía y el cine (más bien su emplazamiento, porque ya no existe) donde solía ver películas en su infancia y juventud. Los nimios relatos acerca de su experiencia personal son los que aportan algo de magia a una cinta que promete ser documental y se queda en superficial.Con algo de suerte y tras el fiasco del guión sobre "¿Qué tal, Pussycat?" consigue que dos productores crean en él y le permitan el control total en la dirección de una película. Y debido al éxito por sus comedias se convierte en estrella del humor, aunque pronto cambiaría su temática por una más dramática y existencialista. Parecía haber dado la espalda a la audiencia cuando escribe y dirige Interiores y Annie Hall pero el calado de optimismo agridulce que destila la segunda resulta tan profundo que todos mirarían a Woody Allen como capaz de todo, por ello que ahora vamos a ver sus películas sin esperar nada concreto, sólo vamos a ser sorprendidos. Se repite en la cinta una y otra vez su falta de intención pública, su timidez y su trabajo constante al margen de críticas o reseñas. Lo cierto es que al rodar una película por año, y teniendo en cuenta que escribe sus guiones, las dirige y además solía protagonizar gran parte de ellas, poco tiempo debe de tener para estar atento a opiniones ajenas. Cuando estrena una, algo que no le gusta promocionar, ya está empezando la siguiente. Este dato (que casi todos ya sabíamos antes de ver el documental) y el de su poca intervención en el rodaje en cuanto a la dirección de los actores, son los que más se repiten durante la película, y eso agota un poco cuando el discurso de los actores y productores entrevistados no cambia un ápice. Tal vez sea un gran indicador de que tiene una personalidad única y un carácter particular, pero echamos en falta en una película así más detalles, experiencias personales, situaciones que le hayan motivado a una película, alguna escena particular o a elegir entre la totalidad de actores y actrices de la que dispone.

No se hace mención, exceptuando la pregunta de Trivial en la que sabemos que no acudió a recibir el Oscar porque estaba tocando el clarinete, de su vida como músico, y eso que lleva dedicándose a ello décadas y ha tocado con su banda por todo el mundo. Y sobre sus matrimonios y desdichas sentimentales se pasa muy por encima, probablemente por no terminar en la frivolidad del tema sensacionalista que atrae a algunos. Pero es sinceramente importante que acabara de romper con Mia Farrow mientras rodaban "Maridos y mujeres" y hubiera sucedido del modo en que lo hizo (enamorándose de su hija adoptiva) para asimilar con mayor sensibilidad las imágenes que se hubieron de rodar en aquellos momentos en los que su mujer no podía mirarle a la cara. No se ve mucho del Allen que ahora muestran las redes sociales, ese pensador magnífico de frase perfecta para una situación paradójica. Algo aparece, pero queda en un segundo plano, y yo personalmente agradezco el gesto porque hubiera sido doloroso ver al más superficial de sus clichés. Para eso ya valen las imágenes sobre las películas que se eligen. Casi todas pertenecen a los momentos más míticos de cada una, por lo que más bien parece un viaje por google imágenes cuando la búsqueda es Woody Allen. No es que no me gusten, simplemente creo que hubiera sido más agradable intercalar momentos menos conocidos para disfrute de los fans y para conocimiento de los interesados. Además, se hubiera acercado más a lo que el propio Allen confiesa, pues suele aborrecer sus grandes o famosas obras y adorar las menos aplaudidas.

Sigue abajo sin spoiler por falta de espacio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Javier Moreno
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow