Todo el mundo debería ver esta película antes de muchas otras, es el modo de entender qué es el cine de hoy, y el de hace veinte años. Scorsese firma una obra maestra con una historia de nuevo poco convincente pero que narra como nadie. Se convierte en una cinta desbordante, sincera y llena de escenas para recordar. Sobresale De Niro, como siempre, en un personaje hecho a medida. Hay planos que sirven de ejemplo e inspiración para cualquier director actual que se precie. Nadie mueve la mano derecha como Travis. Con un final un tanto sucio y en penumbra se abre luz a una conversación final que deja buen sabor. Es una maravilla, aunque sin embargo, cambiaría algún diálogo, alguna luz.
Lo mejor: De Niro, el modo de contar la historia, la maestría de Scorsese.
Lo peor: la falta de limpieza en ciertos planos, momentos cortos de desánimo.