A veces me da rabia al ver como series sin demasiada calidad son conocidas por todos. Series que introducen giros al final de cada uno de sus capítulos porque es la única manera que tienen de captar tu atención. Pero por suerte hay otro tipo de series, series que a veces no son demasiado conocidas, pero a las que el tiempo acaba haciendo justicia.

The Shield no tiene música, tiene una dirección muy particular y ''sucia'', no hay ningún modelo en el plantel de actores y muchas veces los capítulos acaban de manera brusca, sin aviso. Pero, amigos, ésta serie tiene algo que muy pocas tienen. Ésta serie tiene corazón, tiene personajes que te producen asco, risa, miedo, cariño, complicidad.

The Shield consigue dejarte con el corazón en la gargante, consigue dejarte jodidamente alucinado con algunas de sus escenas. Ésta serie tiene algo que muy pocas tienen. Tiene intensidad, tiene momentos que te paralizan, que te sorprenden. Y todo sin artilugios baratos. Todo con un sentido en la historia.

The Shield consigue que te olvides del bien y del mal. Eso son conceptos no definidos dentro de la serie, tan sólo tu juicio cuenta. Nuevamente vuelve a demostrar que tiene algo que muy pocas tienen. Tiene personajes que dejan de serlo para convertirse en personas. Algunas veces hacen cosas de dudosa moralidad, otras veces parece que siguen luchando por aquello en lo que creen. Pero, en definitiva, demuestran ser personas. Comprendes sus actos, te sorprendes de ellos y siempre son creíbles. Nunca maniqueos o artificiosos.

The Shield no es una serie sobre policías. Es una serie sobre personas que deciden ser policías. Unos son buenas personas, otros son incompetentes, otros inteligentes.

Esto no es televisión, es algo más. Es arte, es cine en estado puro, de ese que te hace sentir cosas. Series como The Shield no hacen más que demostrarme algo, el arte cinematográfico que dió la taya la pasada década no fue el cine, fue la televisión.