Parece que realizar una película en el actual siglo ambientada en la IIªGM es como una competición de fuegos artificiales, como si la imagen basada únicamente en el espectáculo fuera por delante de la historia. Por ello rarezas como "Winter in wartime" son tan gratas, porque cuenta con el punto de vista de un adolescente holandés que presencia la agonía de un ejército invasor que lleva muchos años ocupando y mandando en su pueblo. Él está harto de los alemanes y además tiene que aguantar la posición sometida de su padre, alcalde con letras pequeñas, porque siéndolo dentro del Tercer Reich es fácil comprender que a todos los efectos no es más que un civil. Para nuestro protagonista la familiaridad del padre con los alemanes es una tortura, por ello quizás la aventura del flirteo con la resistencia es una necesidad interior, más que un imperativo racional. No deja de ser un adolescente de catorce años, de ahí que para mí sea tan destacable esta película.

Más cuestiones destacables: el marco, la fotografía, la imagen singular y fresca de esos bosques helados, los ríos helados, las miradas heladas también. Pocas películas contextualizadas en el invierno holandés, ¿única?; seguramente, y esa excepcionalidad está aprovechada con muy buenas maneras. Más cosas: el casting, en el que no sólo destaca el niño sino el resto de personajes. Personalmente el tío estraperlista es el que más juego ofrece, no soltaré ningún spoiler, pero no hay duda que para mí su intervención en la historia es lo que ha acabado de convencerme. No todo en el cine han de ser buenas intenciones, también han de contarse historias atractivas, cuyos contenidos alteren algo dentro del espectador. Y bien contadas, porque aquí hasta la acción está bien puesta. Algunas escenas pueden resultar demasiado inverosímiles, una lástima, pero hasta eso me parece justificado.

A mí "Winter in wartime" me ha dado lo que espero de una película buena, no sólo por sus peculiaridades, es buen cine y hago extensiva desde aquí la buena recomendación que he recibido en su día. No todo ha de ser grandes superproducciones estadounidenses, mirar buen cine europeo y aplaudirlo cuando toca es algo que me llena de complacencia.