En esta película lo que prima es el guión, ya que es una película donde lo más importante son las relaciones entre los personajes. El divorcio es cada vez una situación más común, y muchos matrimonios con hijos por medio lo sufren, así que está bien que se haga una película que nos cuente como lleva cada uno esa situación, cómo se producen algunos hechos y problemas que generalmente surgen. No se deja nada en el tintero, y es que el tema está tratado en profundidad: relación entre la pareja que se separa, relaciones de éstos con los hijos, de los propios hijos entre ellos, de los problemas que surgen aparte, nuevas personas que aparecen en la vida de la ex-pareja, problemas propios de la edad de los chicos… En fin, un guión muy bueno (basado en la propia experiencia de Noah Baumbach, el director, algo que ha tenido que influir en el buen resultado final), que es el pilar principal de la película y que se apoya en las buenas interpretaciones de Jeff Daniels y, sobre todo, de Laura Linney.