Western oscuro y diferente, aquí matar no es "guay" ni divertido, es duro, es algo horrible... Hacer que otra persona más respire más es algo que atrae, que puede parecer emocionante... Pero cuando sostienes la pistola apuntando al enemigo, a la hora de apretar el gatillo puede ser que la cosa no sea como esperabas... Y no digamos después... Es algo que te puede destrozar la vida. Además, la muerte es algo que no se merece nadie, pero hay cosas que no se pueden perdonar, y más cuando todo está perdido. La película nos enseña que matar no es algo de lo que se pueda presumir, es algo de lo que uno se debe avergonzar. El valor de la amistad, los falsos valientes o la fidelidad a un recuerdo son otros temas tratados en este gran western. La interpretación de Morgan Freeman es buena, y sorprende la bastante buena interpretación de Clint Eastwood, que está a un nivel interpretativo al que no nos tiene acostumbrados. Una mítica frase dicha por el protagonista William Munny describe perfectamente el centro de la cuestión del film: "Matar a un hombre es algo muy duro: le quitas todo lo que tiene y todo lo que podría tener". Una de las grandes películas de Eastwood, que te deja la sensación de haber visto una gran película, pero que también te deja bajo la sombra del horror y la muerte...