Por recomendación de un amigo acepté darle una mirada a esta película, muy evidente en su trama pero no por eso con algunos guiños divertidos dentro de todas las caricaturas posibles al agotado mundo del espionaje y el cine.

Con el argumento en evidencia y Reese Witherspoon como objeto de deseo, la oportunidad que Chris Paine y Tom Hardy puedan lucir sus talentos en una película como protagonistas y no en sus habituales roles secundarios, queda a ratos corta.

No se trata de defender lo indefendible, pero pese a ser tildada por los “críticos especialistas” como la peor película del año, sería poco honesto decir que no hay momentos de hilaridad en la cinta, si es que uno previamente se despoja de los prejuicios e intenta disfrutar de lo que se presenta y hacerlo llevadero.

Es cierto, “This means war” peca de predecible, cliché y está repleta de lugares comunes de un mundo del espionaje muy explotado, pero les aseguro que aquellos que la crucifican también harían lo propio con Austin Powers en el extremo lúdico o con Skyfall en la parte de acción y mayores recursos. Es decir, no hay obra que por estos días salga ilesa si lleva adosado la palabra ‘espías’, generando satisfacción completa. Ni hablar de la infumable saga de ‘Mini espías’.

Aún así no escondo algunas risas. Mejor no ponerse tan graves. Una buena compañía en estas películas es más que necesaria ya que en soledad se realza su pobreza argumental, dado que no hay melodramas ni bandos. Los malos son una caricatura y ya sabemos que una trama sin polos opuestos o perversos que no generen temor, tiene pocas posibilidades de trascender, incluso en una pseudocomedia romántica.

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CONCLUSIÓN:
La película es débil, pero partamos por señalar que al elegirla uno ya sabe más o menos a lo que va.