El terrorismo es una tremenda lacra de la sociedad moderna. Este problema, cuya raíz más profunda es el sentimiento del odio, ha provocado no pocas desgracias humanas a lo largo de las decadas.
En Guildfor, el IRA atentó en un bar, matando a varias personas. El odio de los británicos, amparados en una nueva ley, y buscando desesperadamente a los culpables, dio lugar al injusto encarcelamiento de varios irlandeses inocentes.
Esta película narra tales hechos, contando con la inconmesurable presencia de Daniel Day-Lewis y Pete Postlethwaite. Estos dos grandísimos actores, haciendo de padre e hijo en la cárcel, llevan el peso del film.
Day-Lewis es tremendo. Su interpretación desgarradora llega al alma. En mi opinión el mejor momento es la conversación que tiene con su padre nada más entrar por primera vez en la celda que les verá envejecer.
Aunque no es solo una película carcelaria, sino que nos cuenta todo el drama social de Irlanda del Norte en los años 70, incluyendo un retrato de la época de los hippies. La cárcel es tan solo la segunda mitad de la historia.
Una película de sobresaliente, en la que sus más de dos horas de metraje pasan volando y se disfruta fotograma a fotograma. Un ejemplo de cine de calidad en la que sí se hace justicia con sus nominaciones y premios.
Absolutamente recomendable para el que le gusten:
- Los buenos dramas sin sensiblería barata.
- La Historia reciente.
- Las películas de cárceles.
- Las interpretaciones memorables.
¡Peliculón!