Para empezar, da gusto que lleguen películas de las que prácticamente no se sabe nada porque no tienen un estreno a lo grande ni casi promoción.
Esto es malo para los que la hacen, pues casi nadie la va a conocer y ver, pero bueno para los espectadores que prueben suerte y se encuentran un buen film, que además es capaz de sorprender con su argumento, y más todavía si como digo no se sabe absolutamente nada, ni siquiera de lo que va. Así se disfruta muchísimo más.
La actriz principal es Lauren Cohan (de “The walking dead”) y la chica no lo hace nada mal. No se conforma con mostrar su bonita cara, sino que sabe asustarse de manera creíble y ofrecer una interpretación aceptable.
La ambientación está muy conseguida. La casa da bastante miedo, y todo es muy del estilo victoriano, a pesar de desarrollarse en la actualidad. Además, aunque tiene poquísimos personajes y durante mucho rato la protagonista está como Culkin (sola en casa), en ningún momento se hace monótona o aburrida.
También tiene una muy buena fotografía al servicio del miedo en las escenas nocturnas, en las que todo se ve muy bien y al mismo tiempo la oscuridad da mucho juego.
Y todo por culpa del maldito chico. Prácticamente no hace nada el hijo de su madre, pero el director sabe aprovecharlo muy bien para que nos llevemos, junto con Greta, más de un susto y más de dos.
Es una buena película de terror, bien hecha y con una historia sorprendente y muy bien hilvanada. Y, como digo, es muy disfrutable al no conocerse mucho de ella.
La recomiendo para amantes del género.