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España España · Madrid
Voto de santos:
10
Romance. Drama. Comedia Holly Golightly es una bella joven neoyorquina que, aparentemente, lleva una vida fácil y alegre. Tiene un comportamiento bastante extravagante, por ejemplo, desayunar contemplando el escaparate de la lujosa joyería Tiffanys. Un día se muda a su mismo edificio Paul Varjak, un escritor que, mientras espera un éxito que nunca llega, vive a costa de una mujer madura. (FILMAFFINITY)
5 de junio de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Holly Golightly es una joven simpática, independiente, elegante y terriblemente irresistible que vive en Nueva York con su gato. Paul es un escritor en horas bajas que se muda al piso superior de Holly y entre los dos nace una fuerte amistad y complicidad.

Como bautizo a este modesto análisis creo que Hollywood es o al menos fue una fábrica de sueños, y esta obra contribuye fuertemente a esta premisa. Los compases iniciales, sonando la melodía de Henry Mancini en la quinta avenida desierta, donde vemos a una deslumbrante Audrey Hepburn desayunando ante un escaparate de la joyería Tiffany son memorables y enamoran.

Adaptación del popular libro Breakfast at Tiffany's de Truman Capote realizada por Blake Edwards, un hombre que desarrolló labores de dirección, guión y producción y que no pasará a la historia como uno de los grandes, pero que dejó en su haber una serie de títulos muy interesantes como Días de vino y rosas, Chantaje contra una mujer o La pantera Rosa. Sin embargo Desayuno con diamantes es la obra que marca un antes y un después en su filmografía y es incontestable la autoría que Edwards imprime a la película.

La verdad es que sería imposible hablar de este filme sin hacer escala en el legendario vestuario, tan cuidado y seleccionado que provocó que Audrey Hepburn emergiera como un icono de la moda que perdura hoy día. Tan importante como el vestuario es la música de Henry Mancini, su Moon River con la voz de Audrey es una de las canciones del cine.

La nómina de intérpretes está encabezada por Audrey Hepburn que crea el papel femenino más famoso y reconocible de la historia, dota a Holly de un estilo, un encanto y un desenfado que la hacen maravillosa; pero también en ella se perciben grandes temores e inseguridades que la vuelven frágil y delicada. Audrey ya tenía una carrera plagada de triunfos, pero Tiffany fue, es y será siempre su diamante más preciado.
George Peppard no está mal y Patricia Neal secunda muy bien.
Pero quería detenerme en dos puntos:
1) La muy apropiada elección de Buddy Ebsen para encarnar al bonachón Doc.
2) La no tan oportuna contratación de Mickey Rooney como el estridente vecino japonés.

Clásico con todas las letras.
santos
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