Sobrecogedora interpretación de Manuela Vellés, el elemento más destacable de la película. Los largos planos secuencia y el uso de movimientos de cámara documental -plagiando a Haneke- sí, son asfixiantes, pero agotan y aburren al rato.

Buena idea la fragmentar la pantalla en dos para narrar situaciones transcurridas en paralelo, herramienta, supongo, también tomada del director de "El Estrangulador de Boston", Fleischer. Sin embargo, el recurso desmerece por una sencilla razón: Manuela Vellés se come la otra mitad de la pantalla. No me ha quedado claro, -más bien me he desentendido-, de la acción que transcurre en la mitad a la izquierda de Manuela ante la fuerza de su interpretación tanto en el intento de huida como en el momento posterior a la violación. Estoy con los detractores de la película: execrable ese momento. Otro gran resto a la cinta.

El reparto es deplorable. Los tres matones, patéticos actores, los dos bultos (noviete y segurata) ridículos. Las conversaciones al principio de la película, siendo vacuas, son forzadas. No tiene sentido que hablar nimiedades resulte tan difícil para una pareja pero aquí, así ocurre por la sencilla razón de que no existe química alguna entre ellos. Y ahí lo dejo, porque paso de mentar el sinfín de tópicos que para más inri, menoscaban el producto de Vivas, mucho mejor definido en el aspecto técnico que en cualquier otro.

No tengo la piel dura y me gusta el género, porque, como diría Taylor, más o menos, nos pone la tensión. Pero no la he vivido en esta película. Únicamente me he sobresaltado -si, se me subió el corazón a la garganta- en un momento* muy preciso. Y paro de contar.

Así que... me gustaría saber a qué viene tanto revuelo con esta película, no siendo porque la mejor actriz joven de este país es esa chica llamada Manuela Vallés. Creo yo, que hace tiempo se sabía. De ahí mi "abultada" puntuación.

*spoiler