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Polonia Polonia · Galitzia
Voto de Valkiria:
6
Romance. Drama Gertrud es una mujer madura e idealista que busca el amor absoluto, con mayúsculas, pero sus experiencias sentimentales se ven siempre abocadas al fracaso. Decide separarse de su marido, un eminente político, porque él antepone el trabajo al amor. Se enamora de un joven músico que empieza a cosechar sus primeros éxitos, pero para él, que sólo piensa en sí mismo, Gertrud no es más que una aventura pasajera. Por otra parte, un antiguo ... [+]
27 de julio de 2009
59 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me pregunto si, cruzándose por la calle, Nina Pens, la inerte y letárgica albina dama, de melena rubia escarchada que protagoniza esta cinta reconocería a alguno de los actores con los que comparte cartel en esta singular película con cierta dosis de narcótico ritmo y soporífera cadencia. No cruza miradas con ellos en hora y media. No necesita hacerlo; sólo se escuchan, unos a otros, pero sin mirarse de frente. Supongo que porque el mayor mérito de la película se concentra en los diálogos.

Y en la espectral apariencia de esta mujer: una muñeca de porcelana, una figura de mármol. La expresión inalterable y somnolienta de Gertrud, asedia durante todos los largos planos secuencia en los que se empeña Dreyer.

Gertrud, una melómana aristócrata, orgullosa, no por su condición social sino orgullosa de alma, como le reprocha su joven amante, aparece rodeada de su particular colección de amoríos en secuencias larguísimas que protagoniza la dama, (siempre de perfil hacia ellos, de frente hacia nosotros). Diserta sobre sentimientos, amores, pasiones, recuerdos y añoranzas con su marido, (al que rechaza), su amante, (que no la quiere) y uno de sus amores de juventud, (que le ruega y suplica que regrese con él).

Lo insólito de la película, es que entre todo este batiburrillo de pasiones contenidas, todos se comportan, incluso brindando con champagne como si estuvieran velando a un muerto.

Los diálogos, pausados, contribuyen a la somnolencia.

Gertrud sólo se digna a mirar a los ojos de un amigo, brevemente, 40 años después, cuando ya divaga sobre la muerte, después de comprar su sepultura e imaginándose con un pie en la tumba.

Es espectral. Es una aparición brumosa ante el espejo. Es una mujer embalsamada.

No voy a discutir la calidad técnica o estética de la obra de Dreyer. Tampoco la guionización de los diálogos, que por veces son soberbios. Pero no haré apología de "Gertrud", por muy danesa que sea.

Sencillamente la creo interesante (6), porque creo que no había asistido a una propuesta tan arriesgada antes. Y para el año 64, digamos que tal osadía tiene su mérito.

Pero lo dicho: lo más emocionante de la película es el fuego de la chimenea.
Valkiria
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