Sin duda es un film que tiene momentos inspirados con gags divertidos, y otros menos y con poca gracia, y sin ser una maravilla tiene cierto encanto. Esta vez la broma de los Farrely trata sobre dos tipos que nacen con una extraña enfermedad que les mantiene unidos desde que se levantan hasta que se duermen. Uno piensa como no han podido recurrir a la operación de separarse mucho antes, tachando a la película de absurda, pero como he dicho antes, la simpatía y la buenas intenciones abundan haciéndose agradables los 90 minutos que dura. Kinnear y Damon se ajustan bien a sus personajes, y de los secundarios no destaca nadie puesto que la película se centra sobre todo en los dos protagonistas y las situaciones tensas que vive cada uno.