El género romántico es uno de mis preferidos en lo que a cine se refiere. Mi sobrino Alvaro también y él fue el que estaba interesado en esta película desde que se estrenó. Por él, principalmente, la he visto. A él le gustó aunque dice que es la típica peli romántica. A mí también me gustó, creo incluso más que a él. Es cierto que no deja de ser una película en la que chico conoce a chica, chico se enamora de chica, chico intenta que la chica se enamore de él, etc, pero la verdad es que tiene una pareja de actores encantadores y éso hace mucho. Además, nos permite conocer algo más el cine canadienses y a sus actores, cosa que tampoco está mal. No he visto ninguna película anterior de Daniel Radcliffe, lo confieso, no he sido seguidora de su famosa saga de Harry Potter, así que no voy condicionada como la mayoría por este hecho. Radcliffe se asemeja mucho a actores como Elijah Wood o Tobey Maguire y, aunque no me apasiona, creo que está correcto como ese chico sensible y tímido al que da vida aquí. A ella tampoco la había visto en la vida, la encantadora Zoe Kazan, nieta del director Elia Kazan, preciosa y maravillosa. Si hace unos días descubría a la guapa Imogen Poots en "Lío en Broadway", ahora hago lo mismo con esta chica a la que desde ya voy a seguir atentamente. Se come la pantalla cada vez que sale, la cámara la adora y tiene una química con Radcliffe espectacular. Para mi, ella es lo mejor del film. Como secundarios, unos correctos Megan Park, Adam Driver, Mackenzie Davis y Rafe Spall, hijo del actor británico Timothy Spall. Bonitas canciones en su banda sonora y bellas postales de la ciudad de Toronto completan este entretenido film ideal para los que como yo aman este género.