Maravillosa película. De verdad que cada día que pasa disfruto más de este cine pensado para los más pequeños de la casa pero que, al final, es más disfrutado por nosotros, los no tan niños, porque la calidad de sus imágenes, su historia y la enseñanza que te deja es impresionante. Es una de las películas preferidas de mi sobrino Raúl, que tiene ya 10 años, así que tenía que verla y me ha encantado. Increíble cómo unos dibujos tan poco atractivos como ese monstruo peludo y ese monstruo de un sólo ojo se hacen tan fascinantes y la unión a ellos de la pequeña Boo es el colofón pata hacerla aún más entrañable. A mí me ha parecido perfecta. Actores de la talla de John Goodman y Billy Cristal ponen las voces a esos dos monstruos principales, compartiendo gran parte de su tiempo en la sala de doblaje, algo que no es habitual ya que en las películas de animación lo normal es que cada actor doble a su personaje en solitario. Sería Goodman precisamente quién animaría a la productora para que le diera el papel de villano a un actor como Steve Buscemi, así que fijaos qué lujazo el de tener las voces de estos tres actores tan característicos en una película de esta índole. La voz en versión original de la niña que provoca toda la acción de la película era de una rubita de dos años y medio a la que casi nadie entendía y a la que decidieron grabar sus mientras balbuceaba durante sus juegos. Randy Newman se haría cargo de la música y compondría y cantaría el tema principal de la misma, ese "If I didn't have you" que da título a mi crítica y que le otorgaría al veterano compositor un Oscar a mejor tema musical después de 16 nominaciones. Preciosa, de verdad, yo quiero ver Monstruos University y me declaro fan incondicional de las películas de Disney y Pixar desde este momento porque rara vez hacen que no sueñe y me emocione como si fuera una niña otra vez.