Penitenciaría de Florida.
USA.

¡Hola, Luke!

¡Hasta que no han pasado lista por la mañana no nos habíamos dado cuenta que te habías vuelto a escapar otra vez! ¡Lo que nos hemos reído! El maricón del alcalde hacía que se reía también pero se le notaba que estaba más cabreado que un mono. Te ha dejado la pala al lado de la zanja. ¡La que has organizado, tío!

Ahora... ten cuidado. El jefe de las gafas de sol, el mudo cabrón, se ha llenado los bolsillos de munición y está afinando la mira de su rifle. El otro ha ido a por los perros pero andan tan revueltos que no saben para dónde tirar. Parece que no dejan de estornudar. ¡Qué bien nos lo estamos pasando!

Los muchachos dicen que seguro que estás con esas tías otra vez. No te olvides de mandarnos una foto. Nos acordamos mucho de ti. Te echamos de menos. Tú sabes que no soy muy finolis para hablar de este modo pero la verdad es que te aprecio y me gustaría volver a verte.

Ya sé que eso de decirte que hemos llorado y reído contigo es algo muy recurrido, lo habrás oído muchas veces. Nos has enseñado a valorar las cosas, a luchar por una esperanza. A mantenernos de pie, derechos, y, lo más importante, al final del día, podemos volver a pensar en alguien con una sonrisa en el alma antes que el sueño nos venza.