Bastaría la escena del sr. Goodman y su bate de béisbol para redimir cualquier fallo. O esa otra en la que la Mirren interpreta, como ella sabe hacer, el derrumbamiento de la malvada bruja...

Entonces, ¿por qué los críticos se muestran renuentes a reconocer los méritos del film? Me atrevo a suponer que por el mensaje positivo que nos transmite: sí, la caza de brujas fue una p.t.da, pero el sr. Trumbo, sin perder la compostura ni caer en los abismos del resentimiento, acabó triunfando.

Y la verdad es que las cosas ocurrieron así.