A veces, se hacen las cosas mal porque faltaban las piezas. No supimos escoger lo que necesitábamos y, al echar la vista atrás, detectamos las carencias. Eso no tiene nada de malo. Es una excelente forma de aprender cara a la siguiente tarea. En el cine ocurre igual. Lo triste de un despropósito como "Lisístrata" es que, a priori, todos los ingredientes estaban perfectamente colocados en la cocina.

En primer lugar, existe ciertas discusión al hilo de este film en la propia página sobre esta blasfemia ante el texto de Aristófanes. En realidad, como bien apuntan algunos usuarios, la cinta se basa en el cómic del mismo nombre que realizó Ral Köning, quien firmó una particular adaptación donde además hay una revindicación sexual realmente interesante. ¿Por qué no fusionar sendas perspectivas? Frances Bellmunt y su equipo se quedan en tierra de nadie. Ni homenajea las viñetas ni a la obra clásica. Termina enfadando a ambas.

La Lisístrata del tebeo es realmente desagradable en su aspecto exterior. No veo incorrecto como punto de partida que el casting escoja a una intérprete tan atractiva como Maribel Verdú para encarnarla. Podría ser la perfecta perversión del ideario Disney clásico de belleza=bien. No obstante, su personaje pasa si pena ni gloria por la trama. Parece muy prometedor que su pareja espartana y ella tracen un audaz plan para finalizar el eterno conflicto por la hegemonía en el Peloponeso con una rebelión de las mujeres en la Acrópolis.

Y es que chantajear a los forzudos y no excesivamente reflexivos hoplitas con un boicot de los placeres de Afrodita da muchísimo juego. Además, está el interés, apenas insinuado, de que la inteligencia de Lisístrata y sus aliadas solamente puede estropearse por la bobería de algunas de sus conciudadanas, ansiosas de volver a someterse a la autoridad de esos garrulos que solamente las quieren en el dormitorio y la cocina. Las posibilidades de juego argumentales son infinitas. No se explota ninguna.

Otro tanto ocurre con el erotismo. No hay ninguna escena que verdaderamente merezca la pena llamarse así. Todo queda reducido a un humor muy infantil y escatológico, siendo una sucesión de gags no especialmente bien hilvanados. Desfilan intérpretes excelentes (Juan Luis Galiardo, Jesús Bonilla, Tete Delgado...) y con gran tono para hacer reír sin que nos importe lo más mínimo su peripecia.

En el cómic más desganado de Astérix hay diálogos más ocurrentes que mezclen la Antigüedad Clásica con la más rabiosa actualidad. Realmente espero, en estos tiempos que corren, en plena lucha por los derechos de la igualdad sin discriminación de sexos o preferencias, alguien se anime a recuperar el proyecto pero con mayor audacia.

El plan de Lisístrata lo merece. Lo que no es digno de ella es esta adaptación. Bien que se lamenta porque había reparto para hacer algo muchísimo mejor.