Pedro Almodóvar se saca una película inquietante. "Hable con ella" es una cinta singular, bien narrada, con una precisión de cirujana que hace a sus flasbacks digeribles y lógicos, nada estorba, ni siquiera los títulos y las presentaciones que van poblando la pantalla con los cambios. Todo lo que podría salir mal le termina resultando positivo al manchego.

El primer factor para la polémica era colocar a Rosario Flores como una de las protagonistas femeninas, al no ser actriz profesional, uno temería lo peor, pero su físico tan característico y un personaje escrito a su medida permiten no solamente que no desentone, sino que resulte y convenza. Leonor Watling, por su lado, crea una Bella Durmiente más próxima a la atmósfera de la versión cruel del cuento que a la edulcorada (y no por ello menos excelente) versión de Disney.

Y es que pese a la importancia de los roles femeninos, son dos actores los que se llevan la palma, da la sensación de que el director se aleja de su especialidad para crear una sólida reflexión sobre la locura masculina cuando se enfrenta al amor y al desamor, el pánico al compromiso y el miedo primario y acomplejado a lo femenino. Todo ello con dos actores portensos, Darío Grandinetti estupendo como Marco, Javier Cámara mereciendo comer aparte, una cosa sobresaliente la suya, su Benigno es uno de los roles claves en la filmografía del manchego.

Nuevamente pesadillas que se normalizan, además permitiéndose este particular autor un homenaje al gran clásico "El hombre menguante", una maravilla tras otra en un relato donde nadie es ni bueno ni malo, hay muchas aristas y simbología, te entretiene, te hace ponerte furioso e, incluso, comprensivo.

Tiene algo de Psicosis mezclada con el propio universo de este autor personalísimo y que será cualquier cosa, pero no le podemos acusar de falta de originalidad y de no prestar atención a sus rodajes. Si hasta el corto es una maravilla.