Es el sueño de cualquier productora. Siguiendo los dictados de sir Alfred, Steve Spielberg piensa en cómo llenar con personas las butacas de cine. Sabe apelar a los niños y niñas grandes que seguimos siendo en el fondo. A veces, los guiones de sus filmes son bastante mejores, pero tiene un sentido del espectáculo envidiable. Creo que, superadas las nostalgias, "Parque Jurásico" evidencia algunas costuras rotas. Pese a ello, contextualizada es el reflejo de un artista muy inteligente, de tremenda perspicacia.

Aunque no logró a Harrison Ford, Sam Neill sabe sacar un gran partido de su protagonista, si bien es una historia muy coral, donde dos intérpretes de la talla de Laura Dern y Jeff Goldblum (quizás el personaje más divertido) tienen mucho que decir. Atentos a Richard Attenborough. Fiel al toque Spielberg, tenemos a la pareja de infantes de rigor. ¿Lo ven? Un relato para toda la familia. No da puntada sin hilo.

Todo este magnífico envoltorio va acompañado por la música de Williams, aquí precisa en uno de sus mejores trabajos. Conforme vamos viendo las escenas es imposible no pensar en la increíble mercadotecnia que generó este micro-univeros. ¿Daba para tanto la idea? Pregunten a jugueterías, tiendas de video-juegos, revistas y un largo etcétera.

Tal vez, el mérito menos alabado de Spielberg aquí sea lo poco que en realidad salen los dinosaurios. Sin embargo, son una presencia constante, insinuada incluso en el leve balanceo de un vaso de agua. Como los maestros que conocen los preceptos del género, este director nos ilusiona y lleva justo por donde quiere.

Honestamente, "Parque Jurásico" quizás nunca fue tan buena. Pero este gran cineasta nos hizo parecer que sí con su encantamiento y estar en el momento justo.