El título de esta crítica no es una afirmación, ni es que yo os vaya a explicar por qué seguimos acudiendo al cine a ver Paranormal Activity. Es una pregunta que me hago yo mismo porque tampoco la sé responder.

Lo cierto es que la primera parte me pareció buenísima (la versión con el final original); la segunda, un coñazo; la tercera, un bodrio; y tras la cuarta, me prometí a mí mismo que no vería ninguna más de la saga porque siempre acababa igual, con la misma sensación de haber perdido una hora y media de mi, por fortuna, no demasiado valioso tiempo.

Sin embargo... Parece que esta vez no es igual... Por ahí dicen que es la mejor de todas... En fin, que vuelvo a picar.

Lo que sí es cierto es que en esta entrega no se basan tanto en los planos fijos en los que pasa algo cada veinte minutos... hay más dinamismo, lo cual resulta de agradecer, sobre todo al principio, pero cuando el guión naufraga pues tampoco sirve de mucho ya que las escenas sin sentido se van acumulando... Ahora es una peli de terror... ahora otra de conversión... ahora toca de exorcismo... ahora de rituales satánicos... En fin, que toca mucho y todo superficialmente y sin sustancia. Por supuestos, sustos o momentos inquietantes, ni uno, la falta de ideas es absolutamente alarmante.

El final parece que ha gustado a mucha gente, pero para mí es lo mismo que el de la tercera parte, una visita a la "colmena" de maliJnos con presencias inquietantes y todo eso, y una especie de viaje en el tiempo que parece conectar con la primera parte aunque tampoco queda muy claro por qué, y se supone que nos llevará al menos cinco entregas más encontrar la respuesta a estos interrogantes... Cuando, en realidad, todos los episodios quedan resumidos de manera muy fácil: "Secta satánica rapta a niños primogénitos para elaborar un... ejem, ejército de diablillos que se comunican en el tiempo". Una mierda, ¿verdad?

Pues sí. De modo que, ¿por qué coño estoy seguro de que me tragaré también la sexta?