Parece que ya (casi) todos los cómics de superhéroes (al menos los más conocidos) han sido llevados con mayor o menor fortuna a la gran pantalla. Por ello ahora se opta por un superhéroe que se hizo famoso gracias a la radio y a la televisión (en una serie en la que participaba el mismísimo Bruce Lee).

El protagonista es un héroe (Seth Rogen) sin superpoderes bajo cuyo disfraz se esconde en realidad un rico (y algo malcriado) heredero cuyo difunto padre (Tom Wilkinson) dirigía un prestigioso periódico. Uno de los ayudantes de éste, Kato (Jay Chou), un experto en las artes marciales, será quien se encargue de preparar todo tipo de artilugios con los que enfrentarse a los malos de turno. En la cinta también participan Christoph Waltz, como el villano de la función, y Cameron Diaz, como secretaria del protagonista e interés amoroso de éste.

Pero este intento de película de superhéroes y comedia no funciona. Primero porque Rogen esta de lo más irritante, aunque también porque la trama avanza a trompicones y casi nunca consigue resultar atrayente. Lo mejor: la labor de Michel Gondry (¿me pregunto en qué estaría pensando a la hora de aceptar un trabajo así?) y Christoph Waltz (sexy, chulesco y quien mejor sabe en qué tipo de cinta está participando).