Era sólo cuestión de tiempo, sobre todo tras los éxitos de Avatar (aunque a la pobre era imposible reconocerla bajo tanto efecto especial) y Star Trek (el renacimiento de la franquicia llevado a cabo por J.J. Abrams), que a Zoe Saldana le ofertaran una película hecha para su propio lucimiento. Y con semejantes antecedentes parecía claro que una de acción sería la elegida. Huelga señalar que así ha sido.

Producida por Luc Besson, quien también es uno de los guionistas, la película narra la venganza de una joven (Zoe Saldana) cuya familia fue asesinada cuando ella era todavía una niña. Así pues, lo que aquí tenemos es otra de tantas películas de acción desenfrenada repleta de diálogos chuscos. Una de esas que suele protagonizar Jason Statham. La diferencia es que aquí se cambia a Statham por la más estilizada (demasiado delgada para mi gusto) Saldana. La soltura en el género que demuestra ella acaba siendo lo mejor de este desangelado, y por momentos sonrojante, subproducto.