Quizás tenga razón una de las críticas de este engendro y se trate de una comedia. Pero la comedia no tiene la más mínima gracia. Bueno, a lo mejor se salva la mordaz frase de la católica esposa del violador cuando le dice a la protagonista que se alegra de que se lo pasaran bien durante un tiempo.

Pero todo en este film es puro desatino, los cretinos burgueses beben buen vino y comen menús de doscientos euros en restaurantes explotadores de becarios, se acuestan con parejas treinta años más jóvenes, se violan y asesinan entre ellos, durante dos largas horas pasan estas cosas sin orden ni concierto, sin interés ni humor. Si existe la crítica debe ser tan sutil que mi inteligencia no llega a percibirla. Los personajes son tan memos, su razón tan necia, la historia se repantinga tanto en la avería, es tan bobo su goce en la estupidez que no sé por qué no despedí a la película a los quince minutos.

Y por supuesto declaro la intertextualidad benedittiana de la crítica.