Hace unos años, unos geniales publicistas argentinos, promocionaban una conocida bebida con una campaña titulada "tu amigo te tiene ganas", donde explicaba la imposibilidad de ser "sólo amigos" por más que una de las partes (sobretodo y como pasa en la película también, la femenina), lo intente, lo crea firmemente o quiera creerlo. En un género más que trillado, el tema de que dos de distinto sexo pueden ser sólo amigos quizá esté en el Top de los más tratados. Pese a chapotear entre tópicos y clichés, "Amigos de más" es disfrutable, ofreciendo sobretodo una notable pareja protagonista en la que fluye la química.

Daniel Radcliffe en el papel de Wallace, el amigo respetuoso porque ella tiene novio y si pese a ello quiere pasar mucho tiempo con él, encantado aunque como es normal y en una trama más que predecible, sus sentimientos se van apoderando de su cautela. Es sorprendente como en pocos films se ha logrado quitar el estigma y encasillamiento de ser "Harry Potter", mostrándose como un actor que crece a cada film. Zoe Kazan, con un encanto que ya mostró en Ruby Sparks, con la belleza sutil y resultona de la vecina de al lado, la nueva Emma Stone, en el papel de Chantry, una joven racional, con los pies en el suelo y que lucha por una relación, pese a que esta, esté pegando claramente sus últimos coletazos, ayudada por un novio distante al que a penas ve por su trabajo.

Esto, los típicos consejeros en cada lado (la hermana de ella en una esquina, el amigo alocado de él en la otra), situaciones ya vistas pero bien llevadas, un guión trabajado, unos refrescantes diálogos que no juegan con las confusiones, los malentendidos ni el "pienso esto, pero te digo lo contrario", la contención de la pasión irracional y el juego / debate de dónde están los límites y, en general, una cinta más que metemos en el saco de "bonitas" y fáciles de ver, que no deja huella pero si es recomendable y está por encima de la tónica general de un género, como decía, más que trillado.