Acabo de ver Lost in Translation (2003), de Sofia Coppola. Me sentí atraído a esta película por sus buenas críticas y por su dúo actoral protagónico. La cinta me gustó mucho. Su guión es uno de los aspectos más destacables de la película, que tiene diálogo escaso, pero muy interesante, íntimo, reflexivo y profundo. Destaco cómo éste utiliza el asunto del idioma como recurso para resaltar la crisis interpersonal que atraviesan nuestros protagonistas. Las pequeñas chispas de humor que contiene el libreto también encajan a la perfección. La fotografía y su edición de sonido también ayudan admirabemente a relatar la historia: capturan de forma sobresaliente los problemas por los que pasan nuestros personajes principales para reencontrarse con la felicidad y cómo la caótica ciudad de Tokio dificulta este proceso de búsqueda interior. Para finalizar, un desenlace sublime. Todo muy bien armado y la película cuadra perfectamente. 8/10