Hay películas de las que uno espera grandes cosas y otras de las que no aguarda mucho más de lo que anticipa la portada. Claro ejemplo de esto último encontramos en TFATF, donde carreras de coches modificados, bandas callejeras y chicas guapas es lo que uno intuye antes de visualizar el filme y lo que éste finalmente nos va a ofrecer. El argumento no parece tener mayor relevancia y se muestra bastante torpe para encontrar la excusa necesaria que desemboque en una trepidante pelea entre máquinas de cuatro ruedas. La escasa duración de la película tampoco ayuda a mejorar el asunto, por lo que si aún existía algún inocente que aguardase algo más ya puede ir olvidándose y prepararse para disfrutar de poco más de hora y media de cochazos, chicas explosivas y más cochazos. No es la octava maravilla, pero se muestra decente para pasar una (corta) velada entretenida.