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España España · ciudadano del mundo (palencia)
Voto de kafka:
8
Intriga. Cine negro. Drama Una mañana, Jeffrey Beaumont (Kyle MacLachlan), después de visitar a su padre en el hospital, encuentra entre unos arbustos una oreja humana. La guarda en una bolsa de papel y la lleva a la comisaría de policía, donde le atiende el detective Williams (George Dickerson), que es vecino suyo. Comienza así una misteriosa intriga que desvelará extraños sucesos acontecidos en una pequeña localidad de Carolina del Norte. (FILMAFFINITY)
19 de febrero de 2010
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película más reputada del controvertido y elogiable, excesivo y siempre interesante David Lynch, para muchos una obra maestra, y un clásico moderno.
No llega a abstraerme tanto ni me parece un film magistral pero sí una película de magnífica capacidad creativa y excelente personalidad expositiva del enorme mosaico de inquietudes/reflexiones que propone: a partir de un contexto de tranquilo pueblo americano, aburrido y cotidiano, sin nada emocionante, Lynch embarca al espectador en una pesadilla, en un ensayo sobre la locura, en la atracción que nos produce el lado oscuro de lo real, en el imán que hace que el joven Jeffrey (MacLachlan), sin aparentes problemas, se meta en un envolvente y laberíntico suspense, en una misteriosa y apasionante historia dónde, como Alicia en el país de las maravillas, Jeffrey quiere pasar al otro lado, quiere saber que hay en el lado perverso, ambiguo, culpable, dañino y doloroso de la existencia, qué hay desde dentro de un contexto violento y autoritario, de locura y placer, de muerte, deseo y abstracción. Para ello Lynch usa una caligrafía cinematográfica sugerente y sinuosa, con vaivenes, idas y venidas, de clara pero personal pretenciosidad, dónde la simbología juega un papel relevante (empezando por la propia canción que da la a la película su hermoso título: "Blue Velvet"). Con todo, este en general absorbente e inclasificable ensayo sobre la locura y el lado monstruoso que nos acompaña, no logra plenitud en sus intenciones de perpretación psicológica y particularmente ceo que Isabella Rossellini no era la actriz idónea para el papel angular del film, en un reparto importante, con gran fotografía de Frederick Elmes y un resultado global muy bueno. Y, por supuesto, la música del maestro Badalamenti, siempre genial.
kafka
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