La casa número 322

Aunque simplemente se trate de una película de cine negro, que hay crimen, buenos y malos, mujer fatal, etc... creo que al final hay una pequeña moraleja. ¿El hombre es fácilmente corruptible? ¿La mujer, tal como pensaban en la década de los 50, es mala por naturaleza?

Al principio de la película, están hablando sobre las mujeres, y uno le dice algo así como que no le gustan las mujeres (si se dice esto hoy en día, parece que le diga que es gay, como cambian las cosas jeje), pero comentan que las mujeres no son buenas, que ya no quedan mujeres decentes. Esto es bastante machista, y en la película parece que esa subtrama, parece eso, que quieren ver si realmente un policía puede ser corrupto, o es la mujer.

En esta película vemos a Kim Novak como protagonista, y lo fue gracias a Fred MacMurray que quiso cobrar un salario alto y no dejaba presupuesto para contratar a una protagonista conocida, con lo que cogieron a Novak por su físico, no era actriz (aunque había hecho algún que otro papel menor no acreditado anteriormente), le redujeron sus diálogos para que sólo reaccionara. Pero mira, gracias a eso, Novak tuvo otros papeles importantes, como "Vértigo" con Alfred Hitchcock. No tuvo un carrerón, pero sí papeles importantes.

Es posible que por ser de los años 50, por tener un blanco y negro añejo, unas calles mojadas, gabardinas y un cierto aroma de fatalidad consiga deslumbrar a algunos. Pero a mí no me la dan: todo es más falso que el cartón piedra, empezando por la absolutamente inane Kim Novak. Normalmente, para destilar algo de poesía no hay que cuidar mucho el guión, pero, coño, hay que cuidarlo algo. Y es que éste, en sus idas y venidas, en sus retorcimientos cada vez más tramposos, (y, lo que es peor, desganados), probablemente es de los más flojos de la historia del cine negro. La cantidad de fallos que tiene es tan apabullante que casi no hace falta ni enumerarlos. Las secuencias en que ni los protagonistas creen se van multiplicando a una velocidad de vértigo, hasta llegar a la mamarrachada final, (que se adivina desde una hora antes). No tenemos, como contraprestación, unos locos de amor, un fulano arrasado por un fuego de mujer fatal, unos policías quemados de noches y café. No nos dan nada a cambio, y los vivos están más fríos que los muertos. Mala, vieja, justamente olvidada, como casi todas las de Richard Quine. El chulucu, en una crítica muy interesante, dice que los personajes están incompletos, que todos buscan algo con desesperación... No lo dudo, pero eso no se traduce en carne y sangre en la pantalla, excepto quizá en unos apuntes iniciales que rápidamente desaparecen alrededor del rollo de los teléfonos, las puertas y los coches. Sin embargo, comparto plenamente su opinión acerca de Fred MacMurray. El clásico detective fatal era un coñazo de actor