El ladrón de Bagdad

Filmada hace ochenta años, ofrece la estructura clásica de estos productos bien ambientados y con gestión típica de los tiempos.

La banda sonora que no cesa un instante, acompaña sin tregua, todas las escenas, transformándose en un chirrido constante que te martillea como en un despliegue acorazado.

Los efectos especiales, debemos reconocer que eran espléndidos para la época, fueron premiados con un Oscar, pero aparte del vestuario y la escenografía, no queda mucho más que el desteñido guiño nostálgico.

La nota que recibe, en la actualidad, según mi opinión es como el reconocimiento a un viejo actor que ofreció grandes actuaciones en el pasado, y hoy recoge el premio de reconocimiento a toda una carrera, tembloroso y perdido. Ya nada queda de lo que fue, aunque todos lo contemplamos con admiración y afecto. Esa fue la sensación que me produjo ver este anciano LADRÓN DE BAGDAD.

Película tirando a mediocre, pero con algunas cosas buenas. La primera, el recuerdo. Por un momento pensé que todo iba a seguir igual, que el hechizo volvía, mientras volaba por los puertos de Bagdad y veía sus coloristas multitudes... y es cierto que durante un buen tramo es una soberbia fantasía oriental, un pastiche deslumbrante del cartón piedra más exótico, una amalgama de las mil y una noches aromática y embaucadora. Incluso ofrece alguna escena maravillosa, por ejemplo cuando Abu y el príncipe, encerrados, exponen su particular y paradójica visión de la vida : realista y pesimista la del soberano y ensoñadora, esperanzada la del ladrón, como el mismo material fílmico en el que está atrapado, por más que tenga la llave. O la presentación del "genio" en el estanque del jardín, de fina elegancia en su juego de espejos. ¡Ay, si la película hubiera seguido en esa línea, qué maravilla hubiera sido!

Porque estas sugerencias metafílmicas y este embrujo oriental no resisten todo el metraje, qué va; y entonces caen los cartones piedra, y las maquetas, y los cutre efectos apolillados, y la poesía deriva hacia infantilismo, y el niño se da cuenta de que ahora es calvo, y el reloj pesa como una losa, y el niño hijo actual se descojona inmisericorde cada vez que alza la vista hacia la pantalla. En general, la película naufraga totalmente cuando pasa a la acción.Hace su aparición la ridiculez en varias ocasiones, (servidores de la diosa que todo lo ve), o se dejan notar bajones de ritmo tremendos.

Pero mereció la pena respirar aquel aire, por un momento. Aquel aire bendito, sereno, ingenuo, de cuando nos íbamos a la cama con una espada en la mano y el futuro era inmenso.

Algunos apuntes:
Miklos Rozsa:la banda sonora tiene gran parte de culpa de que el embeleco casi cuele por momentos. Soberbia.
La princesa: tiene cara de señora de Cáceres, y no hechiza orientalmente en ningún momento.
La dirección artística, decorados, vestuario...: es, de lejos, lo mejor en su asumida falta de sorpresas pero perfecta artesanía. Vincent Korda, que ganó el óscar, no era Cameron Menzies, (el de la muda), pero el resultado es bastante deslumbrante. (Me pregunto si Korda se encargó también de la fabulosa dirección artística de "La vida privada de Don Juan", de su hermano Zoltan, una de las mejores que recuerdo del Hollywood de los pastiches).

Conrad Veidt, alias Jaffar: se convirtió años después en dibujos animados para Disney.

La próxima vez que quiera viajar al Oriente de mentirijillas, pondré "Scheherezade" de Rimsky-Korsakov: su suntuosidad y ensoñación, esta vez sí, nunca fallan.

Seamos sinceros y honrados, los efectos especiales de esta película ya eran malos en su época, o mas bien con resultados irregulares, bien por las maquetas y decorados espectaculares, mal por sus fotocomposiciones, años atrás ya se hacían mejores efectos especiales, solo ver las primeras películas de "Frankestein" por ejemplo, pero como bien se dice por aquí, en ocasiones, ¿una película no es buena o mala por sus efectos especiales?, pues depende.

Si, depende, sobre todo cuando el resultado que se pretende conseguir este basado en esta premisa, evidentemente "Avatar" no sería tan buena película sin sus magníficos fx, es evidente, en esta versión de "El ladrón de Bagdad" no es tan importante este factor, pues cae en su própia trampa, sus chapuceros efectos especiales....pero hay que valorarle su intención y su mágica historia que puede con todas sus carencias técnicas, "Al Cesar lo que es del Cesar" ¿No?.

Es una película de infancia, que nunca se te olvidará, por supuesto, todo lo que un niño ha soñado alguna vez, Genios con deseos, aventuras y amor, un malo carismático, una bella princesa y una historia dinámica situada en esos mágicos enclaves que nos transporta en una nube durante todo el visionado, sin olvidar, que este trabajo ha influenciado a múltiples producciones posteriores (Ver Aladdin, por ejemplo).

En definitiva una producción con mucho encanto, bonita fotografía y espectaculares decorados, fundamental su visionado, aunque generalmente sobrevalorada por lo anteriormente citado.

Me gustaría que alguien (¿Peter Jackson? ¿Spielberg? ¿Nolan?) se atreva ha realizar un remake, con los actuales efectos digitales la película quedaría magnífica si se respeta la historia original y su guión tal cual, eso si, parece lejana esta idea.

LO MEJOR.- El malvado Visir, Decorados, su historia, Sabu, la fotografía.
LO PEOR .- Sus efectos especiales, sin duda.

Un Saludo.

La vi por primera vez el 25 de junio de 2011 y no sé que vi en su día, pero vaya crítica que hice.... Comenté que era un querer y no poder, en tema de efectos especiales. Que prefería la original de 1924, que ni el ser sonora, ni color, ni con esos efectos especiales, hace que sea mejor película, que hay muchos cambios incoherentes, y que va a salto de mata. 4 de 8 usuarios les pareció útil esta crítica, con lo que quizás no iba mal encaminado, pero ahora vista de nuevo, cambio casi radicalmente de crítica.

Me parece bastante entretenida, y de un 3 le subo a un 6. No veo esos cambios incoherentes.... los efectos para su época está muy bien y además, me parece una historia muy pre Aladdin. La original de 1924 apenas me recordaba a Aladdin, pero aquí sí: el ladrón y príncipe (que en la original es el mismo personaje, y la película de Aladdín, también aunque no es principie, quizás meten al mono para darle un compañero igual que esta película). Está el padre de la princesa, que la caracterización es la misma que la de Disney (tanto físicamente como su pasión por los trastos-juquetes). Está el malo, igualito, le falta el loro, pero por el resto es igualito. Y la princesa y el genio (aunque el genio en Disney es mejor, claro). En fin, Disney seguramente puso los ojos en esta película, porque hay muchas partes calcadas.

Ganó 3 Oscars, y fue la primera película en utilizar el croma, aunque en aquella época en vez de verde, utilizaron el azul.

"El ladrón de Bagdad" sí que es un cuento de verdad no como la parida que nos quisieron vender como tal con "La princesa prometida". Puede que sea porque aquí se basan en el famoso "Las mil y una noches", que como todos sabéis, es una colección medieval de cuentos de Oriente Medio. Por eso, porque la fuente es original y se respeta, la obra desprende magia, fantasía, aventura, ingenuidad, romanticismo y encanto. Por si fuera poco, la película sorprende por su ritmo trepidante, sus fastuosos decorados, su impactante color, la música o, en su momento, los espectaculares efectos especiales. Por todo ello obtuvo tres Oscars, fotografía, dirección artística y los mencionados efectos especiales, y otra nominación en la banda sonora.

Me extraña, y por eso invito a los directores del mundo, que no se haya realizado un remake de "El ladrón de Bagdad", que a su vez lo es de un clásico de 1924, salvo alguna obra menor. En este caso, manteniéndose fiel, puliendo algún defecto y mejorando los efectos especiales, que con el paso del tiempo han quedado bastante desfasados, es normal, podríamos obtener una fabulosa, nunca mejor dicho, película. Aunque bien pensado, existe esa versión pero en dibujos animados y es el ya clásico de Disney, "Aladdin" (1992). No en vano, la de 1940 no deja de ser un delicioso espectáculo para todos los públicos, un trabajo que nos traslada toda la magia de los cuentos y de un Oriente Medio tradicional e idealizado tan distinto del actual.