Los misteriosos asesinatos de Limehouse

Esta crítica la escribo en 2020. La película avanza a trompicones enrevesando la trama más de lo necesario. Seré tonto, pero a diferencia del resto, yo no tenía muy claro quien era el asesino porque todos eran raros (en spoilers me extiendo) La dirección es correcta y solo puntualmente logra ser buena, La fotografía es muy atrayente y competente. Sin embargo, los puntos positivos terminan ahogados por un guion tedioso.

Bill Nighy está bien, Olivia Cooke creo que es lo mejor y Maria Valverde logra captar toda mi atención con dos poderosas razones de peso. El otro pavo del cartel, pues ni idea de quien es, pero su interpretación no me pareció más que pasable, como la de Nighy.

Al principio es lenta y aburrida, cuesta un poco ubicar a los personajes. Pero va cogiendo forma y poco a poco te atrapa la historia y quieres saber quien esta detrás del misterio.

Tiene unas buenas interpretaciones, desde la presencia de Bill Nighy que impone en pantalla, la protagonista Olivia Cooke lo hace también muy bien, los secundarios y la ambientación están muy logrados.

Normalmente es fácil encontrar una película que empieza muy bien, con una trama interesante que luego no se resuelve bien, no es fácil acabar una cinta con una historia de base muy interesante. En este caso es al revés, el guión va ganando enteros a medida que avanza la película.

Es de esas películas que dejan un buen sabor y que merecería la pena ver otra vez y disfrutarla mas.

Aqui tenemos un caso curioso... Un film entretenido mas por desméritos que por méritos de un desastroso guión. Pocas veces he visto tan mal guión escrito un guión tan patoso del que ya sabes el resultado desde el minuto 1. Unas interpretaciones correctas es lo que se salva una buena ambientación. Pero hay personajes imposibles... ¿Que pinta Karl March? por ejemplo... Un cúmulo de erroes hace que el film sea un entretenimiento para las sobremesas de Antena 3..

No he leído la novela de Peter Ackroyd pero sí que la película me ha parecido comedidamente interesante.
Aunque es un pelin fría y a veces el guión deriva un poco, en general funciona bien.
La ambientación está muy bien lograda aunque me da la sensación que son decorados y no escenarios originales.
Resumiendo lo anterior, ni mucho menos es mala pero se queda como demasiado correcta, no me ha llegado a emocionar aunque a enganchar digamos que sí.
Las interpretaciones son correctas, creibles.
El detective de la policía protagonista parece ser un trasunto en cierta medida de Sherlock Holmes.
El late-motiv, el golem, los asesinatos etc..es lo que a mi entender no queda muy bien explicado, tengo la sensación de que se quiera crear una cierta conexión pero lo ví algo inconexo, no sé, un poco galimatías, jeje.
De todas formas es una película bastante digna
Saludos
efelson

“Dan Leno and the Limehouse Golem” (1994) del novelista británico Peter Ackroyd, especialista en la evolución de Londres desde el pasado siglo a través principalmente de la mirada de sus artistas es la base del guión de la guionista de moda Jane Goldman con el que el productor británico Stephen Woolley ofreció a Juan Carlos Medina dar el salto al mercado anglosajón incluido Hollywood donde el director nacido en Miami de padre español y madre francesa ya va encaminado. Y todo gracias a su ópera prima, “Insensibles” (2012) una notable coproducción hispano luso francesa con la que Medina demostró su capacidad narrativa y de creación de atmósferas inquietantes y opresivas.

Con clara inspiración reconocida de las sagas de terror y suspense en las décadas de los 60 y 70 de la mítica productora inglesa Hammer, Medina ha sabido salir más que airoso con el apoyo inestimable de Simmons Davis y Grant Montgomery en la fotografía y el diseño de producción respectivamente. Ambos responsables en su facetas de la exitosa serie de televisión “Peaky Blinders”.
Una historia de terror victoriano al uso donde el Londres inmisericorde con la clase obrera de finales de siglo pone su reconocido marco de oscuridad y podredumbre, caldo de cultivo de miserias y degeneraciones. Émulos del destripador que bajo el seudónimo del monstruo medieval “Golem” y al igual que él esconden el deseo de ser tan fuertes y poderosos como la piedra partiendo de la humilde arcilla. Personajes de pasado tormentoso que confluyen en el único lugar donde pueden tener el reconocimiento social que anhelan: el mundo de las variedades, de la farándula, del music hall. El mundo en definitiva del bufón al que se le permite decirle las verdades hasta el mismísimo rey bajo el manto del disfraz y la chanza. Personaje real destacado en ese mundo de esa época fue el cómico Dan Leno, que encarna con carisma Douglas Booth, aunque en ese año de 1880 Leno no viviera ni trabajara en Londres. Leno llegó a ser el cómico mejor pagado del mundo, con gran aceptación social y habitual en las pantomimas de navidad del prestigioso teatro Drury Lane de Londres. Acabó alcoholizado, falleciendo a los 44 años y con la frustración de no poder dar el salto a personajes dramáticos del entorno shakesperiano a los que aspiraba.

En buena parte en esa frustración de Leno y su reconocido apoyo benéfico a sus compañeros de profesión más necesitados se basa el guión, a veces confuso y poco esclarecedor, sobre todo en su tramo final, de Goldman. La trama entretiene y se sigue con interés entre los ambiente abarrotados de las noches del music hall londinense y el barrio de Limehouse cuyo nombre remite a las fábricas de cal que allí se encontraban.
El siempre eficiente Billy Night cumple con oficio la papeleta de sustituir a última hora al gran Alan Rickman que tuvo que abandonar el rodaje por la enfermedad que acabó con su vida. La joven Olivia Cooke acierta en su composición protagónica y Maria Valverde se asoma y luce palmito en un secundario destacado.

cineziete.wordpress.com