10x10

Hay películas que parecen iniciadas sin tener los responsables una idea definida del desarrollo a seguir. Es como si alguien hubiera dicho, con entusiasmo: "vamos a hacer una de secuestros; y luego... ¡lo que surja!". Y parecen los directores algo así como unos herederos morales de Ed Wood. A positivar.
Todo chirría en la cinta de Suzi Ewing. El inicio disparatado, con un rapto de parvulario; el nudo, con el trato pueril a los personajes y el pintoresco desenlace, que se resuelve con un plumazo después de toda una guerra mundial.
Es probable que las carreras de Luke Evans y de Kelly Reilly, con algún destello previo, no vayan a tener demasiado recorrido. Y es probable, también, que el conjunto de la bisoña Ewing oculte en la medida de sus posibilidades, que no son muchas, un ataque a la iglesia y a sus circunstantes. Sea como fuere, llevando en el pecado la penitencia, este 10x10 tiende más hacia el 0 que hacia el 100, como actos, resultados y propuestas que se acercan al desastre.

Que decir de la película sin desvelar nada.
Buenas interpretaciones y que va directa al grano desde el principio.
Las razones que tiene el señor Evans para hacer lo que hace es comprensible pero las de la señora Reilly están poco definidas.
Lo bueno de la película es también la duración de la misma, ya que el guión no mas de si.
La recomiendo y le he puesto un interesante(6).
Besitos y saludos.

En principio la trama no es nada del otro mundo, un secuestro por un motivo de venganza que transcurre en un lugar aislado, pero creo que son las interpretaciones de los dos protagonistas lo que hace que no puedas despegar los ojos de la pantalla y acabe cautivándote la historia, además con el paso de los minutos la trama da un giro muy intenso que mejora la película.

Hay poco más que decir, aunque escribo un pequeño detalle que me causó incomodidad durante la película, pero recomiendo verla porque atrapa.

Les dejo el chiste fácil, para mí no tiene mérito, vengaaaaa, no se hagan de rogar…. 10x10=100, si está chupao¡¡¡¡¡¡.
Pues cien pudieran ser las razones mínimas que pensase que pudiera tener Lewis para tratar de averiguar la causa del fallecimiento de su esposa en un Hospital. Lewis no lo tiene claro y empieza a tener una enfermiza obsesión por quienes participaban en el tratamiento de su esposa.
Lewis (Luke Evans) es un tipo aparentemente normal pero que en realidad esconde una terrible obsesión: busca venganza. Concretamente la focaliza en Cathy (Kelly Reilly). Lewis la secuestra a plena luz del día y la encierra en una celda de su casa que está insonorizada y de pequeño tamaño, concretamente de 10x10 (pies). Su objetivo es conseguir que confiese lo que él considera un oscuro secreto de su pasado.
Sin desvelar nada más, les voy a hacer una reflexión personal. Trata sobre lo que muchas veces nos empeñamos en perseguir esa verdad que creemos que es para nosotros el Santo Grial de la Verdad Absoluta, no resulta ser más que una verdad que a menudo, se vuelve en nuestra contra siendo además, incómoda muy incómoda.
Bajo la dirección de Suzi Ewing y bajo el guión de Noel Clark -que se reserva un cameo como Dennis el camarero- consigue dotar a la cinta de un ritmo pausado pero muy eficaz que acompasa la historia con lo que nos va desgranando gota a gota unas razones que poco a poco vamos entendiendo. Básicamente la cinta deriva en un duelo interpretativo entre Kelly Really y Luke Evans, quedando el resto del reparto como secundarios con una prácticamente nula relevancia.
Esta es la cuarta vez que Luke Evans interpreta al villano de una película, tras ser Owen Shaw en Fast & Furious 6, Driver en Nadie vive y Gastón en la adaptación de acción real de La bella y la bestia. También tiene muy reciente su papel coprotagonista en la serie Alienista.

LO MEJOR: Consigue ser un producto entretenido que mantiene el interés.
LO PEOR: Ser poco original, de una u otra forma, recordamos situaciones parecidas, pero no le resta lo que al final busco en un film, que me entretenga.