Enemigo invisible

Espías desde el cielo es un thriller muy interesante, que pretende invitar al espectador a reflexionar sobre un tema de actualidad sobre el cual todavía no ha recaído un debate serio y necesario a gran escala: el uso indiscriminado de los drones militares.

“La verdad es la primera víctima de la guerra.”

Espías desde el cielo fascina por un lado por la demostración que hace del impresionante y a la vez aterrador avance tecnológico de los drones para tareas de espionaje, con un par de escenas inolvidables. A pesar de que su guión tiene momentos que resultan muy forzados y poco creíbles, considero adecuado remarcar sus buenas intenciones buscando crear un debate y reflexión entre los espectadores sobre un tema tan importante de nuestra actualidad: el uso militar de drones.

Mientras nosotros observamos la película en el cine, allá fuera las fuerzas militares de las grandes potencias militares, especialmente las de los EEUU, están matando personas con sus drones de guerra, y todo desde la comodidad y seguridad de un sillón. La nueva guerra de nuestro siglo, donde un puñado de líderes militares y/o políticos deciden hacer por su cuenta de justicieros del mundo, y matan a personas a miles de kilómetros de distancia de sus países argumentando que persiguen terroristas o ‘gente mala’, pero lo cierto es que mueren miles de inocentes constantemente por ello.
Recomiendo por ello encarecidamente ver a su vez el documental (cuando se estrene algún día) de National Bird, en el cual se disecciona el programa de los drones de los EEUU, destapando entre otras cosas que matan alrededor de 80.000 personas anuales con ellos.

Pero, ¿se pueden medir los daños colatelares de los drones en términos utilitaristas? ¿O una sola vida inocente debería ser suficiente para no emprender tales acciones? El debate moral está servido. El film cuestiona también la guerra de propaganda, utilizando las vidas humanas en dichos fines.
Una de las cosas que quedan bien plasmadas -y que son así en la realidad- es el hecho de que se reclutan precisamente a los más jóvenes a encargarse del programa de los drones, siendo ellos los que terminan disparando al recibir las órdenes. Jóvenes con pocos recursos que suelen ingresar en el ejército para poder pagarse la universidad, por ejemplo.

A resumidas cuentas, resulta un film entretenido, con suspense y humor, que pretende sacar a la luz al gran público un tema muy importante sobre el cual hace falta una reflexión en nuestros días.

Espías desde el cielo tiene muchas de esas cosas que los espectadores buscamos, interés, suspense, coherencia, buen trato de dirección, excelente guión y unas buenas interpretaciones.

Ni por un momento me hice la idea de a que se refería el título hasta que ya avanzaba la trama. He alucinado con la tecnología a esos niveles de profesionalidad y secretos de estado. El tema dron y el escarabajo volador me han impresionado y asustado a la vez, si el gobierno se lo propone, no escapas ni en el cuarto de baño. Una barbaridad.

En cuanto al protocolo de actuación, no sé cuanto habrá de realidad en todo lo que nos muestran en pantalla, pero los movimientos son tan precisos y concretos, que no me imaginaba que un solo paso requería de tantas autorizaciones a diferentes escalas de mando. Lo menos creíble, al menos para mi es la parte principal de la operación que la hace retrasarla, la aparición de la niña. No, no me creo que aunque hagas un examen moral, te plantees la misión por un daño colateral tan mínimo, teniendo en cuenta el desastre que podría ocasionar si no se lleva a cabo. Aquí dejé de creerme la historia, seré raro, pero así fue. Normalmente los militares se deben a una obediencia sin brechas y aquí muchos cuestionan las decisiones de arriba. No, no y no me lo creo.

La atmósfera de tensión y suspense funciona a las mil maravillas, con planos desde el aire, o cortos, llegando a cortarte la respiración por momentos. Todo a contrarreloj, todo con mucha precisión y dependiendo de una orden o de un permiso. Cuestiones legales, jurídicas, responsabilidades, prensa...todo influye para apretar el botón del bien o del mal. Por un momento me trajo a la mente la magnífica Doce hombres sin piedad.

Soy mucho de los actores/actrices británicos y aquí para mis ojos ha sido un auténtico deleite. Helen Mirren se come la pantalla como siempre, en ese papel de militar con una misión que debe hacer cumplir por el bien de la humanidad y sin cargas morales. Alan Rickman en su último papel antes de fallecer, nos deja otra interpretación de altura. Y que decir de un "no encasillado" Aaron Paul que ha sabido dejar atrás el personaje que lo lanzó a la fama en la serie Breaking Bad.

Gran película de espionaje, pero podría haber sido mejor.

Aburrida, lentísima, un montón de gente mirando unas pantallas con practicamente la misma foto fija, personajes irreales, militares a los que les asaltan remordimientos (¿?) y cuestionan las órdenes de superiores y cadenas de mando políticas que quieren escurrir el bulto...

Creo que quieren plantear dilemas morales de los horrores de la guerra y crean situaciones absurdas. Otras muchas películas lo dibujan mejor, empezando por Salvar al soldado Ryan. Pero esta me resultó infumable.

Una interesante y tensa reflexión acerca de los conflictos que arrastra la guerra moderna, lo descabellado que resulta la asunción de sus daños colaterales y el falso cobijo moral que ofrece la siempre problemática cadena de mando.

Ofrece una visión muy amplia (tanto a nivel político, como judicial y militar) de una misión de guerra de corte más bien minimalista, lo que juega a su favor a la hora de resultar efectista y contundente como ejercicio de ética atractivo para el espectador.

Además, la demoledora frase que nos regala Alan Rickman en su despedida bien vale el visionado de la cinta: "Don´t ever tell a soldier that he doesn´t know the cost of war". Eterno.

Notable film sobre una realidad que no deja de indiferente a nadie (ni por mucho reggaeton y pachanga en el cuerpo) y que pide a gritos al mundo su atención. Se presenta en esta historia problemas de tipo ético de difícil solución; por una parte se busca una toma de decisiones en forma dilemática y por otra se intenta un consenso muy poco pragmático. En cuanto al mundo de las intenciones, algunos personajes se dejan ver con más fuerza que otros y logran transmitir algo más que lo habitual al rol que a cada uno se le asigna en la cadena de mando.
En situación de conflicto armado, el daño colateral siempre ha existido ¿Cómo no intentar evitarlo? ¿Cuán difícil ha de ser coger el camino correcto?. Donde exista fuego habrá combustible y en este campo ardiente lo deontológico y lo utilitario, por lo demás viejos enemigos (las más de las veces) desde antaño, en el presente y en el futuro habrán de enfrentarse como corresponde...¿Los resultados?...dependerán de cuánto se logró domeñar el azar.