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Mujer o demonio

Western. Comedia Bottleneck es la típica ciudad del “Oeste” corrompida y dominada por un cacique, Kent (Brian Donlevy), un individuo sin escrúpulos que controla todos los negocios, acapara las tierras de los alrededores e incluso quita y pone sheriffs a su antojo. De ese modo, y creyendo que será una marioneta en sus manos, le entrega la estrella al borracho del pueblo, Washington Dimsdale (Charles Winninger), pero este va a sorprender a todo el mundo ... [+]
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
4 de noviembre de 2019
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Western menor dirigido por el prolífico director George Marshall que no aporta nada nuevo, con un guión bastante vulgar donde sólo resalta y salva la película el buen hacer de su pareja protagonista, sobre todo de Marlene Dietrich, especialmente bella en esta cinta, que nos regala dos o tres actuaciones, y el siempre correcto que no brillante en esta ocasión James Stewart que nos regala una docena de anécdotas de cierto humor inteligente.

Hay una frase que supongo que mi padre ha copiado de la película, que seguramente vió y por lo que le preguntaré, pues él que no mide más de 160 cms. repite a todo aquel que le supera en estatura ¿qué tiempo hace por ahí arriba? con la sorna de un andaluz inteligente.

Pues la frase y Marlene salvan la película, en mi opinión.

Aprobado, 5.
andeltor
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20 de mayo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bottleneck es una pequeña ciudad sin ley donde el propietario de un gran salón controla todo lo que sucede a través de su fuerza e influencia. Tras nombrar sheriff al alcohólico del pueblo para que sus asuntos no se vean obstaculizados por la ley, el nuevo alguacil requerirá como ayudante al hijo de otro eminente agente de la ley, Tom Destry, para hacer regresar la justicia y la paz, viéndose involucrado en numerosos problemas debido a la extravagante personalidad de su nuevo socio y su afán por hacer reinar la rectitud de manera pacífica.

George Marshall es el director de este excelente wéstern, muy especializado en dicho género con pequeñas incursiones en la comedia que denota un estilo conjunto prolífico utilizando la comedia visual para aliviar parcialmente la carga argumental de la trama, así como presentar a sus personajes de una manera divertida sin perder la esencia del género principal al que pertenece. También fue muy reconocido como actor y guionista en la década de los cuarenta.

La civilización frente a la barbarie o la justicia frente a la injusticia son los temas que contrapone utilizando personajes con personalidades radicalmente opuestas, tema que sería muy retratado en cine wéstern posterior, siendo el más aclamado El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1968), aún sin profundizar es aspectos políticos como el conservadurismo frente al progresismo, representando tan solo la corteza sin tratar de ir más allá, algo comprensible por el año de estreno de esta cinta, 1939. Aún así, la inclusión de personajes femeninos con carácter, gran carga argumental y fuertes, incluso independientes, no era algo usual del género, habiéndose visto con más asiduidad en la screwball comedy que tan en auge estaba en la década de los treinta, y de la que tantos elementos extrae.

Al ser un género de explotación en los albores tardíos del cine clásico, es claramente una película dirigida a todos los públicos donde la simpleza de sus diálogos y guión, así como de su honorable mensaje principal, son condimentos educadores para los espectadores de todas las edades de la época, mostrando con instrucción el carácter de coraje y heroicidad que residen en las palabras, anteponiéndose a la violencia.

La historia sigue una línea temporal regular auxiliada por un montaje clásico y por posición en pantalla a través de fundidos encadenados que se basan en la acción del plano principal, haciendo una narración fácil y bien estructurada en tres arcos muy diferenciados, con una presentación muy visual de sus personajes y una evolución conjunta que obvia el relato episódico. Los diálogos suelen realizarse únicamente entre dos personajes en plano y pequeñas incursiones de un tercero para no evadirse de la conversación principal, y generalmente yuxtapuestos de tal manera que mediante encuadre se observa de modo nítido la jerarquía que unos ejercen sobre otro, como es el caso del nombramiento de Washington Dimsdale (Charles Winninger) como sheriff y su rápida disposición por medio de personajes secundarios en un lugar elevado, aún recostado por la ebriedad, simbolizando su poder aún siendo incapaz de ejecutarlo correctamente. Sabe crear una escenografía simple, pero muy adecuada y realista que, rápidamente y desde los créditos iniciales, se pone de manifiesto el estado de la ciudad captando así la atención del espectador, y manteniendo esa situación con bamboleo en pos de ofrecer cierta incertidumbre a raíz de la llegada del ayudante del alguacil.

Las interpretaciones de todos los actores es muy notoria aunque Marlene Dietrich como Frenchy roba todo el protagonismo, incluso a un joven James Stewart, brindando a ritmo de cabaret una actuación magistral muy favorecida por la evolución de su personaje y la libertad que el director la da a la carismática actriz. James Stewart como Tom Jefferson Destry también transmite las preocupaciones de su personaje, con una interpretación sosegada con un registro prácticamente estático que llega a expresar el conflicto interno por el que pasa su personaje en ciertas situaciones. También recrea una figura de héroe poco convencional, que opta por ser pisado antes que por pisar, evadiéndose del estereotipo utilizado en gran parte de los protagonistas de este tipo de cine. Muy destacado el anteriormente citado Charles Winninger como elemento humorístico y respaldo de la figura principal, otorgando más profundidad a la idea principal sobre la que se sustenta.

Las técnicas cinematográficas predominantes son muy habituales en el cine de esta década, teniendo más relevancia narrativa que artística o estética, aunque no por ello menos simbólica, como es el caso de los picados y contrapicados, y cortes favorecedores del ritmo que permiten seguir con claridad la trayectoria del guión enfocando los personajes predominantes en plano con cierto grado de luz extra que refuerzan ese protagonismo. Algunos planos secuencia (dos, para ser exactos) tienen especial significación para desarrollar un espacio fílmico acorde con el espacio y el tiempo, potenciando la llegada de Tom Destry a Bottleneck y ubicando al espectador a través de la fijación en la diligencia a través de los desérticos páramos del trayecto, con una aceptable fotografía en blanco y negro. Los movimientos de cámara lentos son elementos muy utilizados en el wéstern que, aún sirviendo para conceder ciertos impases en momentos de acción y tensión, también sirven al seguimiento claro de los personajes por el escenario sin perder detalle de sus actos. La iluminación provoca cierto sentimiento anticlimático por el poco contraste con las sombras y su uso para destacar elementos del decorado o actores, de forma muy poco natural, y que podría haber sido elaborada con más cordialidad.

En conclusión, es un gran wéstern que resplandece por su simpleza y por unas interpretaciones asombrosas cuya historia es incipiente de la posibilidad de la elaboración de un mejor mundo carente de violencia.

Feliz 112 cumpleaños, Stewart. (7.5).
Tiggy
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2 de enero de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Increible western dirigido por George Marshall con una trama nada original pero maravillosamente contada que se ubica en un típico pueblo del Oeste corrompido y dominado por un cacique (Brian Donlevy), un tipo que controla el pueblo de tal manera que se atreve incluso a quitar y poner sheriffs a su antojo entregando esta vez la estrella al borracho del pueblo, pero este sorprenderá a todo el mundo trayendo como ayudante al joven Destry (James Stewart), que sin llevar armas de fuego consigue ganarse la confianza de todo el pueblo incluida la dueña del saloon y novia del cacique (extraordinaria Marlene Dietrich). "Arizona" es un western clásico narrado de un modo amable incluso cómico a veces que debe pagar el peaje de contar con una estrella como Marlene Dietrich proporcionandole varios números musicales fuera de lugar, aún así tanto el guión como la fotografía son magníficos, Marshall consigue hacer de este western pacifista una obra maestra que sobrepasa los clichés del género y que tuvo la suerte de contar con un reparto increíble, empezando por James Stewart, en su gran año, en 1939 firmó seis grandes películas con un Oscar incluido por "Caballero sin espada", Marlene Dietrich que relanzó su carrera gracias a esta película y un extenso grupo de secundarios entre los que destaca por encima de todos Brian Donlevy.
En resumen, uno de los mejores westerns de la época que no tiene nada que envidiarle a las grandes películas del genero que firmaron John Ford y Howard Hawks.
Scarface
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26 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha gustado mucho el momento de James cuando dice que las armas no son la solución. Pero... todo se estropea cuando finalmente las coge...

Está bastante entretenida, vemos a una Marlene de vuelta a Hollywood después de unos pocos años retirada gracias a los fracasos de sus últimas películas. No la encuentro un acento tan marcado, aunque cuando cantaba, tiene la misma voz de siempre. Es un papel que le ha ido muy bien, y seguramente le sirvió para de nuevo, estar en lo más arriba.

Vemos a un James Stewart con su típico personaje con pintas de tímido, pero que realmente es valiente y utiliza más la cabeza que las manos para enfrentarse a los peligros. También le iba muy bien este papel él.

Una buena historia, muy bien dirigida e interpretada. Una película de oeste a la vieja usanza pero con toques modernos.
edugrn
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22 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desenfadado y dinámico western de George Marshall basado en una novela de Max Brand que alterna momentos divertidos con otros más dramáticos, saliendo más airoso de los primeros que de los segundos.

Marlene Dietrich está estupenda como glamurosa y sensual cantante de saloon, mostrando mucha química con un joven James Stewart y peleándose a las bravas con Una Merkel en una recordada escena.
Reclaman también su cuota de protagonismo actores secundarios de gran entidad como Charles Winninger, Mischa Auer, Brian Donlevy o la citada Una Merkel.

La trama, previsible aunque conducida con gran ritmo, parodia con talento y mediante perspicaces diálogos muchos estereotipos y procederes clásicos del Oeste cinematográfico, decantándose en su mensaje por el poder de la ley frente al uso indebido de las armas, y haciendo hincapié en la necesidad de mostrarse firmes ante situaciones límite.

Nota: 7,5
BartonKeyes
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