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Star Trek: La nueva generación (Serie de TV)

Serie de TV. Ciencia ficción Serie de TV de 176 episodios (1987-1994) conocida también como "Viaje a las Estrellas: la Nueva Generación". La historia se desarrolla en el siglo XXIV, un siglo después que la de la serie original. Narra las aventuras de la tripulación del USS Enterprise (NCC-1701), una nave tipo Galaxia diseñada para la exploración, la diplomacia y, en caso necesario, para la batalla. Su capitán es el intelectual y carismático Jean-Luc Picard. Como en ... [+]
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
5 de febrero de 2008
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás sólo superada por "Espacio Profundo Nueve" (serie que aún no he visto), "La Nueva Generación" es una de las series mejor consideradas dentro del universo Trek. La riqueza de sus personajes, la diversidad de tramas (es una serie formada, en su mayoría, por standalones - historias que duran un capítulo) y la esencia Roddenberry que la envuelve (el optimismo generalizado y el ansia por explorar más allá del universo conocido) hacen de esta una producción a tener muy en cuenta y una buena elección para entrar en contacto con Star Trek.

Magníficas actuaciones de Patrick Stewart y Brent Spiner a la cabeza del reparto, junto con secundarios de lujo como Michelle Forbes o Whoopi Goldberg.
Mac
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17 de noviembre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha pasado casi un siglo desde aquella misión de exploración de cinco años que nos mostrara la Serie Original de Star Trek, con el capitán Kirk al mando de la clásica tripulación de la nave Enterprise y setenta años desde lo que sucediera en los eventos de la sexta y última película de la saga original “Star Trek VI: Aquél país desconocido”. Ahora (año 2.363, según la serie) y tal y como vimos en esa última aventura cinematográfica, los klingon son aliados de la Federación y la principal amenaza son los Cardasianos y, sobre todo, los Romulanos.

Tenemos personajes nuevos, frescos, pero que recuperan la esencia de la original; y eso que estar a la altura de la tripulación clásica no era tarea fácil. Pronto se le coge cariño a esta nueva tripulación – aunque ya cada uno pueda preferir una u otra –, desde el excelente Jean-Luc Picard (fantásticamente encarnado por el actor Patrick Stewart) dándole vida a un capitán con un talante y aptitudes muy diferentes a las de Kirk, hasta el androide Data, pasando por la consejera Deanna Troi, el primer oficial Riker o el rudo pero benévolo klingon Worf, entre muchos otros, incluyendo unos secundarios recurrentes muy bien insertados. Y lo mismo pasa con los villanos, algunos clásicos y otros nuevos, destacando en este último grupo el temible colectivo Borg. En cuanto a lo más clásico, vemos personajes familiares con aparición en algunos capítulos, como Hikaru Sulu, Scotty, el mítico Spock o su padre, el diplomático Sarek. Se hace homenajeando la original, pero sin caer en la necesidad de la referencia constante. Esta nueva Star Trek, aunque manteniendo los fundamentos clásicos, anda su propio camino y se vale de sí misma para convertirse también en una imprescindible de la ciencia-ficción por méritos propios.

Por suerte, aquí no hubo tantas limitaciones como en los sesenta (ni a nivel presupuestario, ni ético-político) y eso dio a una edad dorada para la franquicia Star Trek, volviendo a su formato original y esta vez pudiendo atreverse con lo que la clásica no pudo. La dosis de “ciencia” está bien equilibrada con la de “ficción”, con referencias y conceptos científicos gracias a un buen esfuerzo documental como ya lo hiciera su predecesora y con un resultado igual de satisfactorio. Aún así, este esfuerzo por cierto realismo (que tampoco es tanto después de todo, pues Star Trek también tiene un toque fantasioso que es parte intrínseca de la franquicia y que viene heredado de la ciencia-ficción clásica, como Flash Gordon o John Carter); no quiere decir que no haya un gran despliegue de medios, sino todo lo contrario.
En esta misma línea, cabría decir que los efectos especiales cumplen más que de sobra, apreciándose mucho la mejora técnica entre esta y la serie original, incluyendo la mezcla de maquetas y otros efectos artesanales con las técnicas digitales que se empezaban a abrir paso. Puede que haya algunos efectos que hoy día hayan envejecido no del todo bien (sobre todo parte del CGI dado los avances en este campo de los que disfrutamos hoy día), pero habría que tener muy mala uva para calificarlo como un defecto. Por el contrario supusieron todo un hito para tratarse de una serie de televisión que se estrenó, no lo olvidemos, en 1987. Incluso antes de que la saga clásica concluyera en el cine. Otros aspectos que destacan y que podemos mencionar son los decorados o el espléndido maquillaje, fruto de un apartado artístico muy cuidado y trabajado como ya es costumbre en la franquicia. También tenemos una banda sonora a la altura, con una mención especial al tema principal que introduce la serie, que cumplen tan bien como en la original dándonos ese soniquete introductorio.

Y es que siete temporadas dan para mucho y aun manteniendo esa línea de exploración y diplomacia propia de Star Trek, volvemos a tener historias de todo tipo: desde algunas con más acción y épica como “Lo Mejor de Ambos Mundos”, a otros más volcados en el thriller político como “Unificación” o “Redención”, pasando por episodios distendidos y autoconclusivos, pero que se emplean bien en profundizar no sólo en los personajes, sino en todo lo que rodea el universo de Star Trek por medio de historias de lo más diversas, como es tradicional, con ese toque tan auténtico y genuino. Así se llegan a abarcar temas tales como la xenofobia, los choques culturales, la sexualidad, la intervención en otros mundos ajenos a la vida galáctica (la famosa "Primera Normativa") o la búsqueda vital que nos da lugar en el universo, como ocurre en el caso del androide Data, que como en otras grandes obras de ciencia-ficción, nos hace plantearnos cuestiones de gran calado existencial en torno al limite de la inteligencia articial y la vida tal y como la entendemos.

En definitiva, la continuación que merecía Star Trek. Una secuela y relevo totalmente a la altura y según mi criterio, muy merecedora del estatus de joya de la ciencia-ficción que muchos le otorgan junto a la Serie Original. Esta nueva tripulación de la nave Enterprise también acabaría dando el salto a la gran pantalla con cuatro películas que continuarían la historia de estos personajes, concluyendo con "Star Trek: Nemesis". Y para quien aún quisiera más, ahí están sus series spin-offs: “Espacio Profundo 9” y “Voyager” que continúan la historia de la Federación en este mismo periodo desde perspectivas diferentes y en paralelo a las películas.

Gracias Gene Roddenberry.
Víctor
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2 de febrero de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1987 "Star Trek" era sinónino de Shatner y su trupe. Veintiún años habían transcurrido desde el estreno de aquella serie sesentera, que no sobreviviese más de tres temporadas, cuyos protagonistas no fueron conscientes de lo que rodaban hasta mucho tiempo después. Esa serie, que experimentó una resurrección en la década siguiente gracias a las reposiciones y a la moda de la ópera espacial impulsada por George Lucas, había parido cuatro películas y una serie de dibujos animados, convirtiéndose así en un activo muy preciado para la Paramount.

Un poco antes, con el vigésimo aniversario encima, sus responsables ya habían empezado a barruntar la idea de hacer una nueva serie, algo que a su creador, Gene Roddenberry no le hizo gracia, aunque acabaría colaborando tras ver las primeras propuestas que, en su opinión, dejaban que desear. Fue así como en 1987 una nueva tripulación, capitaneada por el británico Patrick Stewart, fue lanzada al espacio; actor cuarentón con una notable trayectoria teatral que llevaba algunos años haciendo sus pinitos en el cine con más pena que gloria. Para distinguirla de la anterior dotación, a esta se la bautizó como "la nueva generación" (véase spoiler 1).

Es justo reconocer que, al empezar, sus protagonistas no las tenían todas consigo. El propio Stewart se había hecho cuenta de que aquello duraría una temporada. Luego, de vuelta al teatro. Dos temporadas tardaría el hombre en tomar conciencia de dónde se había embarcado, pues al principio vivió al margen de lo que sucedía fuera de los platós.

"La nueva generación" presentó a un grupo de exploradores con una forma de actuar distinta a la original, en donde la diplomacia y la negociación primaban sobre la fuerza bruta. Además, abrazaba con más intensidad los debates éticos, y gustaba de meterse en jardines filosóficos. Asimismo, dispuso de unos recursos muy superiores a su antecesora, con $1.3 millones de presupuesto por episodio y unos efectos especiales bastante trabajados para ser un producto televisivo de mediados de los ochenta (véase spoiler 2).

A partir de este punto, casi todo lo que pueda añadir es innecesario. La serie se convirtió en un referente de la ciencia ficción televisiva, con unos guiones que se tomaban en serio la ciencia (véase spoiler 3), unos seguidores que se contaron por millones, y logrando que el público acabase aceptando a dos líderes muy distintos, Shatner y Stewart. El resto es más o menos conocido, con sus siete temporadas en antena y los cuatro largometrajes que se estrenaron en los cines. En el 2002, sin embargo, se produjo el silencio.

Ocurrió tras el estreno de "Star Trek :Némesis", y supuso el fin de este apéndice de la franquicia. "Star Trek" siguió experimentando con otros trabajos, caso de la serie "Enterprise" o de los "reboots" protagonizados por Chris Pine, pero al capitán Jean-Luc Picard y compañía se los había dejado en dique seco. Ellos mismos reconocían que la edad no jugaba a su favor, por lo que no se rodó más material (véase spoiler 4).

Ahora, en el 2020, y tras 18 años de silencio, se ha retomando el hilo conductor con la serie "Picard", de la cual ya se han estrenado dos episodios. Una jugada tardía, con un Stewart que más bien parece el profesor Xavier en horas bajas, con la que se intenta recuperar una parte de la franquicia a la que ninguna otra le pudo igualar en aceptación, con permiso de la serie clásica. Otra prueba más de que esta serie tuvo un impacto sobresaliente y de que, treinta años después, sigue siendo un trabajo difícil de olvidar.

En resumen, una serie de televisión bastante potable, con unos personajes de los que era fácil encariñarse. Sentó cátedra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jose_Lopez_5
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19 de noviembre de 2020
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A falta de ver DS9 y VOY... es lo mejor que he visto de Star Trek en general (para mi la tercera temporada de Enterprise está al nivel). Nací en 1987 y creo que para las jóvenes y no tan jóvenes de esa época, debería haber sido su serie de cabecera. Mágnifica. Hila un gran guión tras otro, y por su duración da tiempo a desarrollar unos personajes maravillosos desde el primero al último, incluso los más secundarios (Ro Laren, Barkley, Lwaxana Troi...).
Roddenberry fue el creador... pero gente como Brannon Braga, Echeverría... son los que han hecho subir su nivel y desarrollar el maravilloso mundo creado por Gene. Es una serie terriblemente humanista que profundiza en el desarrollo de nuestra especie, una serie que todos deberíamos ver para darnos cuenta a donde podriamos llegar, y donde desgraciadamente estamos. Muy recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Billiejoe
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30 de julio de 2022
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Aunque no tenga edad cómo para recordar la serie original, en origen. He de reconocerles que soy más de la tripulación del capitán kirk que de la de cualquiera otra de la nave Enterprise, incluida la del mismísimo Jean Luc Picard. Y aunque “Star trek, La próxima generación” si tuve la ocasión de verla cuando fue emitida por primera vez por Televisión española, me pilló ya con cierta edad cómo para encandilarme con aventuras espaciales. En realidad mi adscripción al mundo Star trek, vino más tarde a través de las películas en D.V.D. (electrodoméstico, que junto al microondas, se hizo imprescindible para mi vida diaria).

Pero hablándoles de esta serie de finales de los ochenta y principio de los noventa; lo que más admiro de ella y su punto más original lo encuentro en la sala de hologramas. Por lo demás, los episodios que más me gustaron fueron aquellos en los que aparecía el personaje de Q (un extraterrestre omnipotente… y bromista). Y aunque, como en casi todas las series de ciencia ficción, los efectos especiales no son sorprendentes, sí encontramos toda la fascinante tramoya del universo Roddenberry (núcleo de curvatura, teletransporte, en pantalla, faser, y tantas otras que nos hacen soñar con el futuro). Y para terminar, dejaré unas breves reflexiones:

REFLEXIONES DE UN VIEJO “TREKI” “ORIGINAL”, DE ORIGEN POLACO:

No diré que con Data no me ría,
ni diré que Picard sea mal jefe,
y también sé que Diana es delta y no efe,
y la doctora, dama de valía.

Y aunque El Segundo es sieso todo el día,
y hay alguno un poquito mequetrefe,
y aunque no se emitiese en “UHACHE… EFE”,
que esta serie esté mal, yo no diría.

Pero volved, Señor Spock, conmigo,
del espacio profundo de “Los Lotty”,
hasta el cálido sol que nos da abrigo.

¡Venga!, teletranspórtame ahora Scotty,
a la vieja galaxia, viejo amigo,
por el módico precio de un esloti.
Plácido Eldel Motocarro
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