Sin rodeos

Santiago Segura es una de las personas más completas de nuestro cine ya que no hay muchos que puedan decir que son actor, guionista, director, productor y creador de cinco de las películas más taquilleras de nuestro cine como es la saga Torrente, por todo esto cuando su nombre está detrás de un proyecto sea en la faceta que sea es justo tenerlo en cuenta. “Sin rodeos” es su última película y remake de una producción Chilena llamada “Sin filtros” del 2016 por lo que estoy seguro que a la hora de plantearse esta nueva versión patria habrá pensado que ¿si algo funciona porque cambiarlo? por eso esta última producción sigue la estela de sus anteriores películas, tener a Atresmedia detrás, rodearse de amigos y conocidos cuantos más mejor y poner su sello propio tanto como delante de la cámara como detrás.

Estamos ante una película sencilla claramente dividida en dos partes, una primera en la que vemos a una Maribel Verdú a la que le ocurren todo tipo de sucesos que la harán ir incrementando su estado de ansiedad poco a poco y en donde es casi imposible no sentirse reflejado en alguno de los momentos que se nos enseñan y una segunda mitad en donde el personaje explota y cambia radicalmente de actitud produciendo situaciones hilarantes y sorprendentes que seguro nos sacaran la carcajada en alguna ocasión.

La cantidad de personajes que vemos en pantalla casi se acerca a cualquiera de las partes de Torrente y dan pie a situaciones muy diferentes y variopintas pero esto no consigue levantar una historia bastante predecible y sencilla que se resiente en su parte final pero gracias al buen hacer de Maribel Verdú y a un epílogo bastante alegre y optimista saldremos de la sala con la sensación de haber pasado un buen rato y de habernos reído aunque quizás no tanto como se hubiera esperado.

Santiago Segura nos deja una nueva comedia que no pasara a la historia pero que a fuerza de enseñarnos situaciones diarias muy reconocibles por todos, muchas caras conocidas y momentos de humor más o menos conseguidos consigue que pasamos un buen rato. Por cierto muy de alabar que se haya hecho un preestreno tan masivo en numerosas salas de TODA ESPAÑA (más de 100) algo que se agradece y que da la oportunidad de poder disfrutar de estos eventos fuera de las siempre omnipresentes Madrid o Barcelona, ojala hubiera más oportunidades así, un diez para Santiago Segura.

Lo mejor: Maribel Verdú, la cantidad de personajes y caras conocidas que hay, que se dé la oportunidad de asistir al preestreno de esta forma tan masiva.

Lo peor: Una historia demasiado sencilla. Algunas situaciones no funcionan tan bien como deberían.

Me esperaba una comedia mas graciosa!! Todo el rato está contenida. Le faltan gracias mas ingeniosas y un ritmo mas agil. Pero sobretodo le falta ser un poco mas "loca", soltarse más. Maribel Verdu es muy sosita incluso cuando quiere ser descarada.
Realmente no es una comedia, para mi es mas un drama ligero con algun momento gracioso que entretiene y hace pasar la tarde. No la recomiendo ir a ver al cine a no ser que no tengas otro plan y sea día del espectador.

Y es que hasta se queda muy corto. Somos muchos ya entrados en una edad, los que miramos con estupor el ridículo permanente que habita en esta sociedad. Y hay que tener cuidado con lo que se dice, porque se ofenden mucho. Y esta realidad es tan descarada, tan avergonzarte, que un tipo como Santiago Segura, más listo que el hambre, la ve con meridiana claridad, y tiene una necesidad intuitiva de contarlo.
Lo que ocurren es que el pobre hombre vive rodeado de este espanto, es su entorno, su trabajo, su gente, así que se pasa la película intentando navegar en el mismo mar que le apesta, en el mar de la no ofensa, práctica en su película lo mismo que intenta criticar.
Me lo imagino deseando llamarlos " imbéciles profundos", pero no se atreve, para no ofender.
Así que el resultado final es insulso, frenado, contenido.
Si hubiese tomado ejemplo de lo que le pasa al personaje de una correcta Maribel Verdú, la película podría haber tocado consciencias, provocar reflexiones, y hacer que algunos, algunos y algunes comprendan el ridículo intenso que hacen cada día.
Ilusiona la premisa, decepciona la cobardía.
Es un boceto amable de lo que realmente le pasa y nos pasa a muchos por la cabeza.

Agudo remake el planteado aquí por Santiago Segura. Sin más pretensiones que hacer reír al público (lo cual no es poco), "Sin rodeos" entra bien en una tarde lluviosa. Sin querer centrar cátedra, sirve como crítica graciosa y espejo que se nos pone para recordarnos la tontería que se nos mete muchas veces en la cabeza cuando utilizamos las redes sociales.

Maribel Verdú vuelve a demostrar para la ocasión que tiene un timing para la comedia casi perfecto, llevando sobre sus hombros el peso del film con una soltura envidiable. Y es que el encanto de Paz, el personaje principal, es ser una persona normal en un tiempo donde hay gente que nunca mira a los ojos cuando habla porque tiene el Tinder puesto, mientras no podemos sincerarnos con familiares sobre nosotros mismos porque están demasiado atareados en proteger a su animal doméstico.

El film tiene el metraje exacto para no desinflarse y tiene un casting que acompaña muy bien. Destacan (por breves pero intensas) las apariciones de Enrique San Francisco y Candela Peña, quienes hacen subir puntos a la cinta con su mera presencia. Otros nombres como Diego Martín o Cristina Castaño aportan savoir faire con sus respectivos papeles. Incluso el propio Segura se deja caer con un simpático cameo.

Eso ya bastaría para que "Sin rodeos" fuese una digna inversión a la hora de comprar entrada. Pero es que incluso se permite huir de atajos facilones en el argumento y hasta nos hace esbozar alguna mueca triste en esta pequeña fábula.

Le quitaría algún automatismo demasiado de sitcom, aunque eso no quita que sea una de las pelis españolas menos pretenciosas y con más encanto que ha presentado la cartelera últimamente.

Es lo que tienen los remakes. Ya se hizo y querer repetirla reduce la ilusión y las ideas.
He ido porque el primer Torrente me parece una buena película con críticas ágiles y hecha con amor e inteligencia.
Cierto que Maribel Verdú y Candela Peña hacen la mejor escena. Poco o nada mas. Mal unida y una ocasión perdida. Imposible recomendarla ni volver a verla.
Fiesé de quien en su entorno le haya dicho que es mala. Y la próxima, dejemé verla antes de estrenarla, por favor.