El árbol de la vida

Creo que desde hacia mucho tiempo no salia tan cabreada del cine.
Tenia muchas esperanzas puestas: Terence Malick, Brad Pitt y Sean Penn. Poco más que añadir. Vacas sagradas de Hollywood, por méritos más que contrastados.
En un ejercicio de pedantería y grandilocuencia como, por suerte, pocas veces se había visto, el señor Malick nos cuenta la creación del mundo, pero desde lo más ínfimo hasta el final. Imágenes preciosas, maravillosas, tranquilizadoras, sacadas de un "Best Of" del National Geographic y acompañada por una música espectacular ¿El Problema? Esto dura 25 minutos (Me gustaría exagerar, pero no lo hago, son 25 minutos con imágenes del espacio, planetas, estrellas, agua, medusas y hasta dinosaurios)
Si aun tienes fuerzas, te encontraras con una segunda parte de la película, mucho más terrenal, donde Terence saca el talento que todos sabemos que tiene. Un retrato suave y pausado, donde las voces en Off nos desnudan lo que los personajes no son capaces de decir o hacer. Los trazos del padre que subyuga a hijos y mujer da por momentos ganas de perdonarle lo anterior.
Pero no puedes. Porque Terence quiere hacer algo GRANDE, ENORME, MAGNÁNIMO, y por desgracia, esas ansias, acaban envenenando esa parte de la que podría haber salido algo interesante.
Y acaba la película, y el "Poema a la vida y a la muerte" que quería hacerte el Señor Malick, se parece más a un Poema Dadaista que a uno de Becquer.
Por supuesto, no esconderé que la fotografía es espectacular, de lo mejor que he visto en mucho tiempo. Pero no hay nada más.
Brad Pitt esta tan acertado como siempre y Jessica Chastain perfecta en su papel de madre cariñosa y sufrida, la cámara la adora, y sale resplandeciente y llena de vida durante todo el film. Y para Sean Penn dejo el Spoiler

Después de haber leído como 250 críticas sobre esta película, he hecho una clasificación de la "argumentología" basada para hacer las críticas:

* EL SUSCEPTIBLE: dígase de aquel crítico que cree que como Malick habla sobre filosofía vital, y algo que no sea fútbol o el último lío de la Esteban, cree que le están tomando el pelo y que la película lo que quiere es llamarle tonto. Ese tipo de personaje que llama a Malick "prepotente" es el típico payaso que se está mirando en un espejo porque el único que ve algo de prepotencia es él mismo intentando hacer una crítica por el único hecho de que sabe que su bagaje cultural no da para entender el transfondo del film. Curiosamente, muchos de los susceptibles que se sienten heridos intelectualmente por la película, no tienen ni zorra de que Malick, antes de director de cine, fue profesor de Filosofía en el MIT y estudiante de la misma en Hardvard y Oxford y que hizo una tesis sobre Heidegger (no, atontado, no es un central del Borussia Dortmund).

* EL POLÍTICO: dígase del crítico que basa su acidez en el mero encadenamiento de ideas absurdas del tipo: "este tío debe de ser de la ceja, tengo que decir que la película es un truño porque de otra forma igual me tachan de socialista". Ni que decir tiene que el crítico político es únicamente observado en la fauna española.

* EL ECONOMISTA: dígase del crítico que despotrica por haberse gastado 7 euros en una película de 2 horas que nadie le obligó a ver, pero luego es capaz de gastarse lo mismo, o mucho más, en todo tipo de cosas. Si a ti lo que te gusta es gastarte 7 euros en un cubata, vete a la discoteca, pero no vengas a dar por el culo a los demás.

* EL MASCACHAPAS: dígase del desgraciado que entra en una sala creyendo que va a ver "El Club de la Lucha" porque ve en en el cartel la cara de Brad Pitt. Es el típico personaje absurdo que entra en una película sin informarse y después dice que le han timado. Deja de leer el Marca o el Hola y abre por primera vez en tu vida un periódico.

* EL FANTASMA: dígase del personaje menos de treinta años que no para de criticar la película porque no quieren que le tachen de sensiblón y tiene que hacer comentarios cada dos frases para que los demás le oigan y hacerse el duro. Luego es el primero en verla en su casa a solas con el pañuelo y a moco tendido.

* EL FAN DE VAN DAMME: el más inocente de esta clasificación de críticos. El pobre ha entrado en una película de Malick cuando a él lo que le gustan son las de Van Damme. Pero al menos el hombre no dice tonterías ni molesta a los demás que quieren ver la película. Mi total respeto hacia sus gustos, que son tan variados como los colores. En fin, creo que me he dejado alguno, pero es que no es cuestión de alargar.

En definitiva: si no quieres sentirte estafado o tomado por tonto, podrías haber ido a ver obras maestras como "Con derecho a roce"o "Colombiana".

Es difícil ponerle nota a esta película. Principalmente, porque no está completa, y desde luego esa sensación se transmite. Desde luego, la película no deja indiferente a nadie. En la sala a la que acudí, mucha gente se salió al poco rato, otras se reían al finalizar, creyendo haber presenciado un ridículo. Yo estaba seguro, casi desde el minuto uno, de estar ante puro cine como expresión artística, como poesía traducida en imágenes, como el máximo exponente de las reflexiones de un hombre ante ciertos enigmas que persiguen al hombre desde que es hombre y a los que es incapaz de encontrar solución.

No voy a engañar a nadie, en algunos tramos parece ridícula. Pero, como toda obra de arte, deja un lugar para la interpretación del espectador. A mí cada momento me parece necesario, no cortaría ni una escena aunque quizá sí que aligerara el ritmo de alguna.

Narrativamente no he visto nada parecido jamás. Bebe de la esencia literaria de los monólogos internos que ya inventara Faulkner, pero los pone al servicio del argumento de la película, los usa como hilo conductor de reflexiones, de preguntas, es su manera de comunicarse con el espectador, es el lienzo en el que plasma su obra.

¿Por qué un diez? No es una película perfecta. No me ha convencido del todo el enfoque del final, aunque como final es más que válido. Pero yo no había visto jamás nada parecido. Quizá es que no he visto suficiente cine, pero me atrevo a aventurar que en algunas cosas es pionera. Conmueve sin necesidad de caer en tópicos, relata una relación fraternal de un modo tan realista que fascina.

Un diez por valiente, por innovadora, por su ambigüedad, por su calidad visual. Quizá no lo tenga, pero yo se lo pongo. El cine merece más películas como esta.
Sigo en spoiler:

La vida es algo extraordinario, maravilloso. Un cúmulo de casualidades que han desembocado en todo lo que hoy conocemos. Pero, frente a esto, ¿cómo afrontar un duro golpe? ¿Cómo seguir adelante cuando solo se piensa en volver atrás? En la búsqueda del consuelo, retroceder en el tiempo puede ayudar a comprender la dimensión de un problema. Para recordar cómo se ha llegado hasta el presente, el viaje debe iniciarse más allá de donde alcanza la memoria: ha de comenzar en el enigmático origen del propio mundo.

En "El árbol de la vida", Terrence Malick agarra de la mano al espectador para juntos realizar un camino desde el principio de los tiempos. Asesorado por científicos, recrea algunos de los momentos clave de la formación del universo y de la tierra. Esta poética secuencia de acontecimientos es un estímulo sensorial que, unido a la música que lo acompaña, supone uno de los momentos más reflexivos de la historia, pese a que la relación que guarda directamente con ella sea escasa. Pero la larga duración de esta parte desagradará notablemente al público que esté menos predispuesto al misticismo de la imagen cinematográfica.

El resto de la película no deja de ser parte de este poema audiovisual. La siempre adecuada música de Alexandre Desplat es acorde a los movimientos que la cámara realiza, empeñándose en perseguir la acción por cada escenario. Los encuadres artísticos contribuyen a que la belleza de esta obra impregne cada fotograma, adquiriendo todavía más fuerza en conjunto.

La historia está repleta de dualidades temáticas, como la ciencia y la religión, el amor y el odio, o la esperanza y la desilusión. Sin embargo, ambas realidades logran convivir sin que ninguna de ellas se anteponga a su contraria, formando parte de una misma verdad. En general, se acerca bastante a algunas posturas adoptadas en "La fuente de la vida" (Darren Aronofsky, 2006), aunque mientras que aquella buscaba una visión de la humanidad, en esta ocasión se centra en el ser humano como pieza de un conjunto más complejo. Hay que recordar que Brad Pitt estuvo involucrado al principio en el proyecto de Aronofsky como protagonista, pero después decidió abandonarlo.

Precisamente es Brad Pitt quien más destaca en su rol de padre de familia fracasado, añadiendo otro registro a su larga lista. Aunque el reparto cuenta también con Sean Penn, sus contadas apariciones y su leve interpretación deberían apartar su nombre del cartel como actor principal. Jessica Chastain queda en un correcto y modesto segundo plano, dejando así más protagonismo a los jóvenes hijos. Los pequeños son capaces de transmitir la frescura e inocencia de su edad, pero también la espontaneidad del juego o el miedo a la autoridad.

(Sigue en "Spoiler")

Hacía tiempo que no me aburría tanto en el cine. La "película" (por decir algo) arranca con cuarenta minutos dedicados a mostrar una sucesión de imágenes de supernovas, volcanes en erupción, oleaje, lluvia, cielos nublados, medusas, bandadas de pájaros, etc. El resto tampoco es que sea mucho mejor. Lo único que merece la pena, aparte de la fotografía, es el excelente trabajo que realizan los actores.

Cuando acabó la película, la gente (los que no se habían salido antes) aplaudía... de alivio.