Los ilusionistas: Nada es lo que parece

Tratando de emular al interesante Nolan de "El truco final" (que prestaba tanta atención a sus trucos como a sus personajes) este bodriete sobre un grupo de magos sólo logra vacuidad, gratuidad, arbitrariedad, y lo que es peor en este tipo de artefactos de prestidigitación cinematográfica: previsibilidad. Hasta la pirueta final de la infame "Tuno negro" (similar a ésta) me sorprendió más.

Por si fuera poco, la dirección es repetitivamente pobre y parece que no tiene más recursos que los machacones planos giratorios. Nada por aquí, nada por allá.

Quien quiera ver un buen film sobre magia e ilusionismo, que vea "El rostro" de Bergman.

Empieza bien, la película promete y es bastante interesante pero según avanza se vuelve cada vez mas absurda, muchas cosas simplemente no tienen ningún sentido y parecen estar ahí para desviar la atención de su pésimo guion, quieren ser enigmáticos y sorprendentes cuando pero lamentablemente solo consiguen dar la sensación de que se están riendo de ti.

Los personajes no se desarrollan, simplemente ahí están, dan por hecho que caerán bien al público por ser actores conocidos.

¿El final? Me imagino que se propusieron cuando hicieron tal despropósito "vamos a hacer algo impactante, da igual si coincide o no con el guion, da igual si es una mierda, solo importa que no desentone demasiado y quede mas o menos bonito".

Su éxito se basa únicamente en su presupuesto, este le ha permitido actores famosos, buena campaña de marketing y hacer viguerias durante la película para llamar la atención del publico(escenarios enormes con mucha gente, efectos especiales...)

Si hubiera mantenido el ritmo del principio, se hubieran dejado de chorradas místicas sin sentido y hubieran relatado bien la historia, esta podría haber sido una muy buena película.

Cuando vas al cine a ver una película de magos, esperas ver grandes trucos de magia.
Lo cierto es que este film carece de estos y lo que más puedes esperar es una película entre policíaca y de investigación. Estos géneros, rompen completamente con las expectativas del espectador, al menos en mi caso. Que si el trailer contaba como unos magos saqueaban el banco y hacían grandes espectáculos. El desarrollo del film se centra más en atraparlos que en conocerlos.
Desde mi punto de vista, han desperdiciado una oportunidad de contar el argumento desde el otro bando, que habría sido mucho más interesante.
Morgan Freeman es una de las estrellas por las que decidí verlo, y sin embargo, no tiene un papel destacado, aunque no decepciona.

Una película sobre magia no tiene mucho sentido. Si hemos visto revivir dinosaurios, a dios separando las aguas del mar muerto, o a todo un ejercito de mutantes con superpoderes, poco va a sorprendernos que un fulano adivine el 7 de diamantes. La única manera de que una película de magos sea efectiva es que tenga un guión inteligente.

'Ahora me ves' lo tiene hasta la mitad de la película. Se llevan a cabo trucos prodigiosos, más o menos quedan explicados con cierta inteligencia, pero luego la película decae hacia un thriller de lo más convencional. También se anuncia a bombo y platillo que estos trucos prodigiosos son solamente la antesala para un truco aún mayor a nivel global. Uno se espera que hagan caer las bolsas de medio mundo, que pongan en jaque a los gobiernos con revelaciones como wikileaks, o algo por el estilo, así que luego ese gran truco final, al verlo, queda en muy poca cosa.

De paso se inventan una especie de logia secreta de supermagos llamada "el ojo de Horus", un club selecto donde estos cuatro magos van a entrar si consiguen llevar a cabo el truco final.

Es una película que durante la primera mitad consigue atraer, pero que el desenlace no está a la altura.

Ahora me ves es de esas películas de las que oyes hablar o que directamente ves un trailer y te preguntas qué puede esconder. Su premisa es tan ridícula que tienes la seguridad de que, al verla, encontrarás una justificación para lo que parece que tienes delante. No es así.

Lo ridículo se vuelve estúpido. Ni siquiera los personajes tienen el carisma suficiente como para sostener una cinta que se hace larga y que, por desgracia, cuenta con un argumento que grita por todas partes: "Tengo sorpresa". Si la película en sí misma no te gusta demasiado, y encima das con la tecla que une todo, acabas de desperdiciar dos horas de tu vida.

Louis Leterrier no es un buen mago, y si nos remontamos a los inicios del cine podemos decir que no es un buen cineasta por ello. Sus trucos no son siquiera ilusiones, y se ven todos sus hilos durante la película. Podría haber funcionado porque hay presupuesto y nombres detrás, pero la sensación de "esto es ridículo" que tenía durante el trailer no se me fue en ningún momento.