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El extraordinario viaje de T.S. Spivet

Aventuras. Comedia T. S. Spivet, un niño de diez años, vive en una granja de Montana (Estados Unidos) con su madre, una mujer obsesionada por los escarabajos, su padre y su hermana, que aspira a ser Miss América. Spivet ha ido desarrollando un talento innato para la cartografía y los inventos. Un día, recibe la noticia de que el museo Smithsonian le ha concedido el prestigioso Premio Baird por la invención de la máquina del movimiento perpetuo. Lo invitan ... [+]
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Críticas 44
Críticas ordenadas por utilidad
26 de junio de 2014
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la película de un director cualquiera, la sorpresa y la incredulidad de una joven al enterarse de que su hermanito ha sido invitado a una entrevista para la televisión, se demostraría mediante un diálogo, un gesto o un primer plano. En un film de Jean-Pierre Jeunet, se representa con un zoom a la corteza cerebral de la chica, donde asistimos a una reunión de directorio entre todos las facetas de su personalidad. Son este tipo de cosas las que hacen que las pelis del cineasta francés sean siempre interesantes de ver, más allá de lo bueno o flojo del resultado: un "distinto" que siempre se desmarca del cine convencional.

Jean Pierre dijo que su anterior trabajo, "Micmacs" (2009), era "una cruza entre Delicatessen y Amelie". Yo no estoy de acuerdo: a mi me resultó más una mezcla entra la extravagancia de "La Ciudad de los Niños Perdidos", con el humor a la vez negro y con ternura de "Delicatessen". En "el extraordinario viaje..." sí que le veo más cosas de Amelie. En parte porque el pequeño protagonista comparte con aquella la tendencia a buscar soluciones ingeniosas a problemas cotidianos -por ejemplo, T.S. pinta con un marcador rojo la farola del semáforo para obligar a un tren a detenerse- pero más que nada por adoptar la misma perspectiva del uso de la imaginación del prota como recurso narrativo y como herramienta para observar el mundo a su alrededor.

No leí la novela en el que se basa -"The Selected Works of T.S. Spivet", de Reif Larsen (ni en pedo van a editar un libro así en Argentina)- pero interiorizándome en la web me encuentro con fotos de un libraco enorme donde el texto ocupa solamente un tercio de la página, mientras que el resto son anotaciones y gráficas en los márgenes.
El niño que da nombre a la obra, es un geniecito afecto a la cartografía, que consigue un invento revolucionario ("la máquina del movimiento perpetuo" ¿?) y en un tono muy a lo Tom Sawyer y Huckleberry Finn, se fuga de su casa en la zona rural donde vive junto a su padre vaquero, su madre "bichera", su hermana adolescente obsesionada con los concursos de belleza y también junto a el sentimiento de culpa por la muerte de su hermanito, que se materializa en forma de compañero imaginario de viaje.

Los dibujos en los márgenes de las hojas del libro son las ideas con las que T.S. da sentido al mundo desde su afición a la cartografía, y de ahí es donde se agarra Jeunet para reproducirlos en pantalla y explotar su veta visual, enseñándonos como el prota usa su imaginación para dar sentido a lo que le sucede, exactamente igual que acontecía con Amelie. Pero mientras la imaginación de aquella era romántica e ingenua, la de T.S. es estructurada y científica, y eso hace que la película se vea plana y con pocas emociones, a pesar de que el director incluye momentos emotivos buscando la sensibilidad.
Pero a mi me gusta el Jeunet del humor: cuando intenta ser "profundo" creo que no le sale tan bien, como paso en mi opinión con "Un largo día de noviazgo". El argumento es muy elemental y con pocas sorpresas, lo que vuelve varios tramos un poco aburridos. Me parece un paso atrás después de la ingeniosa Micmacs, pero igual es interesante.

LO MEJOR: los momentos donde interviene Helena Bonham Carter, que es cuando la escenas despegan

Lo DE SIEMPRE: la aparición de su constante colaborador Dominique Pinon

LO PEOR: un argumento poco atractivo, el tono sentimentaloide, y las pocas dosis del humor simpático habitual del director

LA OBSERVACIÓN BOLUDA: la que hace de la hermana de T.S., se parece a Chloe Grace Moretz; en un principio pensé que era ella
Giskdan
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1 de octubre de 2013
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si Amélie hubiese nacido en un rancho de Montana y hubiese tenido que viajar hasta Washington ella sola a falta del famoso enanito de jardín, seguramente ese personaje, tan estrañable como la reina de Montmartre, habría sido este T. S. Spivet, la mejor creación de Jean-Pierre Jeunet desde la ya clásica fábula parisina. Spivet es con tan sólo doce años un ávido inventor que pretende cruzar toda Norteamérica para recoger un premio de la comunidad científica. Jeunet cuenta con un nuevo recurso para dar relieve a su cuento, el 3D, para hacer al espectador partícipe del mundo de estética far west y planos descabellados que presiden la triste y colorida vida del pillo Spivet: a la hora de acercarse a una familia disfuncional marcada por la muerte de uno de sus miembros, el film toma lo mejor de Wes Anderson; en su exploración de una infancia llena de cortapisas pero libre a lo que imaginación se refiere, la cinta coge lo mejor de Todd Solondz; y en su road movie por los paisajes americanos, historia de aventuras y aprendizaje con parada final en una curiosa mirada al circo mediático, Jeunet se desvela un gran admirador del alma y la estética yanki.

Jeunet pinta la película con tonos especiales, y gracias al 3D da la sensación de estar ante la sucesión de viñetas tradicionales bañadas por el brío de la tecnología: su aire retro a la par que moderno es la gran aportación y la singularidad visual más destacable del film. El guion tiene flecos a medio tejer, ya que Jeunet quiere contar mucho en muy poco y resuelve los conflictos de sus personajes de forma más excesiva y extravagante que convincente. Ni que sea por acumulación de ideas y estampas, El extraordinario viaje de T. S. Spivet, basada en la novela homónima de Reif Larsen, es una historia que merecía ser contada y merece ser vista. La buena noticia: Jeunet vuelve a la lucidez de sus inicios, y los años transcurridos han aportado calidez y bondad a su cine. Un bombón irresistible que clausuró el Festival de San Sebastián 2013 y que en octubre llega a las salas francesas para demostrar que Jeunet es uno de los visionarios más destacados de la actualidad.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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14 de junio de 2014
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de la genial 'Amelié' es difícil cargar con tu don creativo. Uno corre muchos riesgos cuando juega con algo tan íntimo y tiene tantos ojos puestos en él: Jeunet lo sabe y lo ha sufrido y, a pesar de habernos regalado una joyita post-Amelié titulada 'Largo domingo de noviazgo', le ha costado doce años quitarse ese peso de encima. Y ha merecido la pena esperar. 'Spivet' (acorto el título tomando el nombre del protagonista, igual que sucede con 'Amelié') tiene pulso, genio y capacidad para desempolvar ciertas partes de la memoria del público que hace tiempo están olvidadas.

Jeunet sabe conjugar con buen temple los recursos de cine que la historia precisa para la narración, juega con ciertas técnicas que tan bien sabe manejar, y todo ello sin caer en ser 'demasiado' Jeunet. El motivo del viaje iniciático a una edad tan temprana trae consigo una multitud de interrogantes que Jeunet resuelve con una ternura y una falsa inocencia que nos coloca al borde del abismo, como espectadores, en varias ocasiones. Bien es cierto que no todos hemos nacido en Montana ni vivimos en un ambiente familiar tan marcado. De acuerdo. Pero reconozco ciertos 'ticks' en las relaciones que se establecen dentro del ambiente familiar. Un padre 'nacido cien años tarde', una madre que tiene hijos como su afición, llena de bichos raros. Se puede pedir mayor protagonismo para los personajes secundarios, sí: pueden tener su propia película teniendo en cuenta la gran complejidad de sus personalidades. Pero no hay que olvidar que Spivet es el verdadero protagonista de la historia y, aun tan bajito, carga con todo el peso del edificio ficcional. Spivet encarna la capacidad de autogestionarse como individuo, de los sueños vívidos y exagerados que son el sustento de aventuras y experimentos cuando uno es niño.

Excelente giro al Universo Jeunet. Volviendo con la reflexión que abre esta crítica, es fácil exigir al mago que nos 'troleó' con Amelié que vuelva a hacerlo como entonces. Pero no nos equivoquemos. Amelié ya pasó y no somos inocentes. Como espectador me despojo de la memoria cinematográfica y olvido los compases de la fantástica banda sonora de Yann Tiersen para que los pies bailen con estos nuevos ritmos, dulces y coloreados, que nos propone el viaje de este pequeño inventor tan puro, tan inocente. Tan normal.
papi_habichuela
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27 de septiembre de 2013
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Admito que después de la flojísima "Micmacs" (2009) había dado por perdido a Jeunet. Que un director que ha facturado obras como "Amélie" tarde tantos años en sacar adelante un trabajo da para sospechar, pero aquí tenemos "El extraordinario viaje de T.S. Spivet" para confirmar que aún hay vida dentro de su imaginario, aunque sea a destellos muy limitados y con un estilo más calmado y depurado que el que presentaba antaño. Adaptación de la novela de Reif Larsen, se nos cuenta la historia de un niño prodigio que tras crear un invento decide presentarse en una universidad para dar un discurso. Para esto, decide huir de su casa, donde vive con una familia disfuncional.

A nivel estructural "T.S. Spivet" no es más que una road movie, sirviéndose de las reglas del género para construir un desarrollo del personaje principal bastante eficaz, sin grandes aspavientos pero tampoco errores llamativos. El resultado que logra la película es el de dejar una sonrisa en la cara cuando termina, sin crear nada demasiado especial. Tampoco hace falta porque es simpática, se pasa rápido, y tiene algunos momentos muy determinados en los que funciona como un reloj. Cine familiar bien construido que no nos devuelven la mejor cara de su realizador pero desde luego, sí una mejor que la de su última película. Veremos cómo sigue la racha.
Caith_Sith
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10 de julio de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No llego a desentrañar el secreto que se esconde tras nuestra manera de mirar el mundo. Cómo de repente, de la noche a la mañana, perdemos esa pátina de irrealidad que durante nuestra infancia nos acompaña, y nos convertimos en meros espectadores de la vida, ajenos a la belleza que se despliega ante nosotros, más preocupados por mantener la rutina aberrante que nos consume, que por conseguir desenmascarar la magia de lo cotidiano. Pasamos de soñar y transportarnos por el universo con el potente vehículo de la imaginación a anclarnos en una existencia carente de espíritu donde parece latir una necesidad extenuante de recibir toda la crueldad que la realidad nos pueda proporcionar. Olvidamos lo que era ser niños, y deseamos ser mayores antes de tiempo.

Existen casos aislados, de adultos que afortunadamente aún no han perdido esa inocente cualidad de contemplar la existencia con el caleidoscópico prisma de la imaginación. Amigos del subconsciente, capaces de extraer la esencia onírica al día a día. Y a veces, alguno de esos extraños casos, decide dedicar su potencial a recordarnos que una vez fuimos niños manifestando su visión de las cosas a través de su arte. Jean-Pierre Jeunet, es uno de esos exploradores de lo irreal, capaz de deslumbrar con sus historias cargadas de imaginería visual y corazón.

En "El extraordinario viaje de T.S. Spivet", Jeunet vuelve a recurrir a su particular estilo narrativo para narrar sobre la pantalla la historia de un chico criado entre dos maneras de ver el mundo: una empírica y racional que nos obliga a comprender cada uno de los mecanismos de la naturaleza; y otra centrada en los impulsos más primarios, esos que nos acercan tanto al reino animal del que descendemos. Como un naúfrago a la deriva entre ambos mundos, T.S. nos enseña como el ser humano, es capaz de engañarse a sí mismo creando visiones parciales de la realidad, cuando la única verdad que existe es que el mundo que se abre ante nosotros, sólo de puede disfrutar si nos olvidamos de los prejuicios del presente, de las esperanzas de futuro y de los errores del pasado. Todo ello, contado de manera mágica con la capacidad soñadora de un niño, y las técnicas de un experto en exprimir las posibilidades a un arte que muchas veces se acerca más al ilusionismo que a la crónica real.

Jeunet no sorprende, pues ya nos ha habituado en anteriores cintas de su filmografía a su particular estilo; e incluso peca de condescencia con su propio relato, dejando que la ternura y la emoción se conviertan en pequeñas herramientas maniqueistas que persiguen la lágrima fácil. Sin embargo, ese pequeño lastre no empaña una cinta que aún así, encierra un alma de verdad durante gran parte de su metraje. Un viaje donde las sorpresas las elegimos nosotros, acompañando a un personaje que desde su imagen a su manera de entender las cosas, destila ternura. Una epopeya hecha con el corazón. Un corazón que late en cada episodio de una historia épica por su magia. Una película que nos invita a soñar e imaginar; nos llama a ver el mundo con los ojos perdidos de la infancia; y nos recuerda que amar la vida no es un pecado, sino un regalo que podemos desempaquetar de nuevo cada día.
EuTheRocker
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