Siete novias para siete hermanos
27.830
Musical. Comedia
Los hermanos Pontipee son siete rudos leñadores, todos solteros, que viven en una cabaña en las montañas. Su vida cambia radicalmente cuando Adam, el hermano mayor, encuentra novia en el pueblo y se la lleva a vivir a la cabaña. Los demás hermanos deciden, entonces, hacer lo mismo y van a la ciudad en busca de novia. Tan empeñados están en casarse que no dudan en secuestrar a siete chicas y se las llevan a vivir con ellos. (FILMAFFINITY) [+]
14 de julio de 2009
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si resulta que uno vive perdido en medio de montañas que se quedan aisladas más de la mitad del año por causa de la nieve, y se da la circunstancia de que en un hábitat tan poco hospitalario no abunda el elemento femenino, y uno es un rudo leñador que trabaja como un mulo y que no ha aprendido casi nada acerca de las costumbres sociales... Pues todas esas monsergas del flirteo, los paseítos cogiendo magnolias a la luz de la luna, los poemas de amor y la pedida de mano son detalles no ya fútiles, sino inconcebibles.
Un leñador de las montañas no va y seduce delicadamente a la señorita que le hace tilín. No pudiendo perder tiempo en fruslerías (hay mucho trabajo que hacer, y cuando caen las primeras nevadas del invierno se corta el único paso practicable en el escarpado terreno), nuestros recios montañeses recurren a los métodos más enérgicos y menos convencionales.
Gracias a la televisión, que estuvo emitiendo este musical durante no pocas navidades de mi infancia y de mi adolescencia, me encariñé de la película de Donen que más recuerdos me trae.
Me encariñé de esos siete hermanos brutotes y bonachones, de la mujer que los pone a todos más derechos que una vela, de esos paisajes infinitos, de la música, de las arrebatadoras coreografías, del colorido del Cinemascope, de las escenas ingenuamente tiernas y divertidas, y de la espectacularidad que derrocha.
Todo idóneo para deslumbrar a una niña que la veía en el salón de su casa, adornado para la Navidad, y en compañía de su familia.
Un leñador de las montañas no va y seduce delicadamente a la señorita que le hace tilín. No pudiendo perder tiempo en fruslerías (hay mucho trabajo que hacer, y cuando caen las primeras nevadas del invierno se corta el único paso practicable en el escarpado terreno), nuestros recios montañeses recurren a los métodos más enérgicos y menos convencionales.
Gracias a la televisión, que estuvo emitiendo este musical durante no pocas navidades de mi infancia y de mi adolescencia, me encariñé de la película de Donen que más recuerdos me trae.
Me encariñé de esos siete hermanos brutotes y bonachones, de la mujer que los pone a todos más derechos que una vela, de esos paisajes infinitos, de la música, de las arrebatadoras coreografías, del colorido del Cinemascope, de las escenas ingenuamente tiernas y divertidas, y de la espectacularidad que derrocha.
Todo idóneo para deslumbrar a una niña que la veía en el salón de su casa, adornado para la Navidad, y en compañía de su familia.
20 de septiembre de 2005
18 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Fascinante y llena de emoción!
Es una de mis películas musicales favoritas. Cuando estoy tirste me la pongo y todas mis penas se me pasan. Las canciones me parecen preciosas, una de ellas es: "Wonderful Day" cantada por Jane Powell, en que te canta y te expresa lo que es un día maravilloso, un día maravilloso es un momento lleno de amor, estar con la persona que amas y valorar lo que tienes a tu alrededor.
La coreografía es estupenda que cuando la ves ya te quedas impactado y pegado a la película.
Es una de mis películas musicales favoritas. Cuando estoy tirste me la pongo y todas mis penas se me pasan. Las canciones me parecen preciosas, una de ellas es: "Wonderful Day" cantada por Jane Powell, en que te canta y te expresa lo que es un día maravilloso, un día maravilloso es un momento lleno de amor, estar con la persona que amas y valorar lo que tienes a tu alrededor.
La coreografía es estupenda que cuando la ves ya te quedas impactado y pegado a la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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23 de agosto de 2005
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la historia del cine musical lejos es una de las mejores películas que he visto, junto con " The sound of music".
Cuando se vé una película de este estilo tu solo piensas en cantar y reir todo el día.
Cuando se vé una película de este estilo tu solo piensas en cantar y reir todo el día.
7 de noviembre de 2014
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los musicales más justamente célebres de la historia del cine, inspirado en la leyenda 'El rapto de las sabinas'.
Cuenta cómo tras casarse el mayor de siete hermanos montañeses, los otros seis se apresuran a seguir su ejemplo, aunque tomando a sendas chicas a la fuerza. Su humor se centra en la batalla de sexos, entonando un bucólico canto al amor, con fabulosos números de baile.
"¿Es que en este pueblo no hay muchachas casaderas?"
Cuenta cómo tras casarse el mayor de siete hermanos montañeses, los otros seis se apresuran a seguir su ejemplo, aunque tomando a sendas chicas a la fuerza. Su humor se centra en la batalla de sexos, entonando un bucólico canto al amor, con fabulosos números de baile.
"¿Es que en este pueblo no hay muchachas casaderas?"
17 de marzo de 2006
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya desde que la potente y magnífica voz de Howard Keel interpreta "Bless yore beautiful hide" mientras busca novia en el pueblo, la película atrapa a quien la ve.
Es todo un clásico, pero no huele a antigua, es dinámica y vivaz, con unos números musicales antológicos como aquella construcción del granero, todo un despliegue acrobático y coreográfico.
A pesar de que abunda lo festivo, la película posee momentos íntimos e incluso tristes, reforzados por las excelentes canciones, en especial aquella "Lonesome polecat" que los hermanos cantan añorando a las chicas que luego se llevarán emulando el rapto de las sabinas.
No estaba Gene Kelly, pero Stanley Donen sabía muy bien lo que hacía.
Es todo un clásico, pero no huele a antigua, es dinámica y vivaz, con unos números musicales antológicos como aquella construcción del granero, todo un despliegue acrobático y coreográfico.
A pesar de que abunda lo festivo, la película posee momentos íntimos e incluso tristes, reforzados por las excelentes canciones, en especial aquella "Lonesome polecat" que los hermanos cantan añorando a las chicas que luego se llevarán emulando el rapto de las sabinas.
No estaba Gene Kelly, pero Stanley Donen sabía muy bien lo que hacía.
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