En bandeja de plata

Además de ser una comedia muy, pero muy divertida, esta es una película probatoria de muchas cosas. Por ejemplo: Prueba que, Jack Lemmon y Walter Matthau, fueron dos duros de la comedia y que su presencia solidificó cualquier guion que se puso en sus manos. Prueba que, Billy Wilder, fue uno de los grandes directores de la historia, pues, <<EN BANDEJA DE PLATA>>, se suma a una filmografía de 26 filmes, casi todos de la más alta calidad. Prueba que los seres humanos, por encima de todo, somos coherentes con nuestra esencia, y comúnmente, en algún momento de la vida captamos el mensaje, y sacamos a flote la dignidad latente que llevamos muy adentro… ¡bueno, algunos no captan a tiempo esta oportunidad! Prueba que, el dinero conseguido a costa del engaño y el desbarajuste del verdadero ser, deja un sabor asqueante que no permite a nadie su verdadero disfrute. Prueba que, cuando lo único que te interesa es aprovecharte egoístamente en tu propio beneficio, algo te delatará, sino ahora, algún día irremisiblemente. Prueba que no es el color lo que determina la dignidad de una persona, sino la formación y la esencia que carga en su fuero interior…. y prueba que, el tiempo que inviertes en ver éste filme, es compensado con creces, pues, su historia es hilarante, corrosiva, punzante, tierna, maliciosa y encantadora hasta el tope.

Escrita por, Billy Wilder, con la colaboración de I.A.L. Diamond, cuya sociedad permitió que se cocieran filmes tan encantadores como: “Love in the Afternoon”, “Some like it hot”, “The Apartment”… y otras cuantas joyas, <<EN BANDEJA DE PLATA>>, tiene el toque Lubitsch-Stroheim, reconocidos por el propio director austríaco como sus mayores influencias en lo relativo al estilo. Por momentos, la comedia aflora con gran efervescencia; con frases punzantes que dan siempre en el blanco (“Después de estrecharle la mano le sugiero que cuente sus dedos”); y precisos gags en los que, Lemmon y Matthau, evaden eficazmente a los inquisidores detectives.

Después, entra en escena el toque dramático con ese sensible futbolista llamado, Boom Boom Jackson, quien asume con impensable sacrificio la responsabilidad por su falta; y presenciamos la ilusión amorosa de, Harry Hinkle, por su falsa esposa Sandy… y todo esto nos permite reconocer el gusto infame de las cosas que se hacen por el simple afán de dinero.

Al final, la película se luce como un perfecto retrato de la vida, plasmado con el rigor de un verdadero artista; representado a cabalidad por impecables actores; y contado con la sabiduría de quien ha vivido plenamente y conoce, muy a fondo, la verdadera esencia humana.

Termino invitándolos a que recuerden muy bien las palabras que alguna vez dijera, Abraham Lincoln: "Se puede engañar a todos en alguna ocasión. Se puede, incluso, engañar a algunos siempre... pero no se puede engañar a todos, siempre".

Título para Latinoamérica: POR DINERO, CASI TODO

Qué decir, que no se haya dicho ya, sobre el ingenio y florido lenguaje para la comedia, del que hace gala, otra vez, el gran Billy Wilder. La historia de Harry Hinkle, un hombre bueno, desvaído y sin demasiados recovecos (Jack Lemmon); manipulado por el sinvergüenza Willie Gingrich, alias "sin escrúpulos", su cuñado (Walter Matthau), que cree haber encontrado una mina de oro en un choque casual que tiene lugar en la retrasmisión de un partido de fútbol americano, donde el primero es uno de los cámaras.

El tema que elige el director, de origen austríaco (aunque nacido en Polonia) y familia judía, hace que simpaticemos de forma inmediata con el fraude que intenta la pareja protagonista, porque ¿a quién no le gustaría retorcer el pescuezo de alguna compañía aseguradora?, aunque sólo sea por aquello de: " quien roba a un ladrón...". Lo cierto es que suspiramos porque la estrategia les funcione y si un investigador nos preguntara, durante el transcurso de la película, juraríamos que nunca hemos visto a Harry hacer algo que no sea propio de un parapléjico.

Los dos actores principales inician aquí un casamiento muy provechoso que repetirían al menos en nueve películas más (otras dos con Billy Wilder), demostrando una química muy especial. Los gags se suceden con fluidez y uno siente no tener a mano el bolígrafo y la libreta porque es seguro que nos vamos a olvidar de la mayoría de las hilarantes frases y pensamientos.
Pero.....

A partir de una primera media hora que me parece sublime, el filme pierde ritmo, fuelle y gracia... llegando a un final un poco absurdo (creo que esto no os va a arruinar la peli a los que no la hayáis visto)
Yo opino desde la perspectiva de una adolescente que la única película de Wilder que ha visto es Testigo de Cargo, y quizá por ello me cuesta apreciar la "magia" del director, de la que muchos hablan, y no valoro la película de forma subjetiva diciendo "como es de billy wilder ya es buena".
La temática es interesante,el argumento se plantea muy bien, pero es de esas películas que duran 2 horas y media como pueden durar una hora menos y no pierden ni intriga ni detalles.
Veo 8 y 9 a desmadre puntuando esta película, y críticas con 10... así que no se lo que me puedo encontrar cuando se critica una película mejor que ésta, que las hay de sobra.
En resumen, la primera parte me ha parecido tan buena que me he tragado la segunda por compasión, y si alguien tiene tiempo libre, le recomiendo verla, pero hay cosas mucho mejores con las que gastar el tiempo

Estamos ante una de las películas más desapercibidas de Wilder, y sin embargo se cuenta entre lo mejor que a rodado el maestro Wilder. Es una película rodada en el mismo formato que su obra maestra “El apartamento” y que nos ofrece ya de entrada una garantía de calidad insuperable.

Esta es la película que consagró a la pareja cómica (Matthau-Lemmon) y a partir de la cual cosecharían éxito tras éxito. Aunque en esta película en concreto hay que destacar de forma especial la actuación de Walter Matthau.

Es una película en la que habla de la avaricia, del fraude, de la amistad, de la misoginia, de hasta donde puede llegar el hombre por dinero... De toda ella se desprende un humor sarcástico, una acidez que toca las llagas de la sociedad americana. Es una película en la que apenas hay un personaje entrañable o amable, a excepción de Bum Bum Jackson, en uno de los papeles “dramático” y serio que le fue dado a un actor de color.
En definitiva es una gran película en la que la diversión está aseguradísima desde el principio hasta el final y en la que encontramos todo el estilo, los gags y todo lo mejor del gran Billy Wilder.

Como dicen muchos usuarios, hay bastantes comedias clásicas que envejecen muy mal y que al cabo de un tiempo pierden la gracia. Después de ese tiempo se le aparta de los grandes clásicos y seguirán siendo apoyados por una mayoría de gente que reíra sin quererlo ni proponerlo mientras piensa en que carajo está la gracia. Bueno, pues este film no envejece mal. Es más, envejece de madre. Después de 40 años a mí me hizo reír igual que seguramente me haría reír si la hubiera visto en esa época. No pierde humor, es una de las cosas buenas del gran Wilder; en la mayoría de sus comedias el toque de acidez, originalidad y genialidad no se pierde. Este film está a la altura de El Apartamiento, y yo creo que este merce tantos aplausos como el ya nombrado.

Jack Lemmon y Walter Matthau protagonizan el film y se enzarzan de principio a fin en un pelea por el mejor papel del film. Ambos un diez como una casa. Ambos entrañables de distintas formas. Yo me quedo con Matthau como preferido. Es un fiera. Wilder hace una crítica genial y mordaz, tan buena como en todos sus trabajos y mejora un panorama de comedias casposas. Merece mejor ver este clásico que mierdas sobrevaloradas y con tendencias prepotentes como Algo pasa con Mary por poner solo un ejemplo.

Lo peor del film, es una parte que se me antoja aburrida y larga. Es la parte cerca del final, se pierde ironía, pero no acidez, y tiende a repetirse. Lo único. El punto que priva a este film de ser una obra maestra. Se queda a medio camino de ese concepto.

Con escenas para la antología, En bandeja de plata, perdura, es difícil de olvidar y hace que quieras volverla a ver. Y realmente yo quiero. Saludos. 8.0