Música y lágrimas

Excelente película, basada en la biografía de Glenn Miller, ese gran músico que pasó a la historia por sus magníficos temas para orquesta, convertidos en verdaderos clásicos.
Y digo que está basada porque, naturalmente está rodada muy al estilo Hollywodiense, mitificando la vida de este músico y dotando al film de mucha dulzura e idealismo.
Pero esto, no es obstáculo para que esta película, dirigida por el gran Anthony Mann e interpretada por el soberbio James Stewart, no se convierta en lo que pretende. Una magnífica película dirigida al público familiar, repleta de temas musicales que hará las delicias de cualquier aficionado, narrada en tono amable, para que el espectador, simplemente se deje llevar por la nostalgia y el placer y disfrute con el tono relajado de la vida de este hombre.
En mi opinión, esta película no tiene nada que envidiar a otras de su director, mejor consideradas. Y es que, la amabilidad y buenas intenciones, siempre las penalizamos, excepto en el maestro Capra, que es al único que consentimos buenos sentimientos.
Y es que si el director hubiera imprimido un tono más realista a esta película, seguramente no hubiera funcionado igual de bien, ya que aquí, parece que la vida del músico, es otro arreglo musical más de él, armoniosa y dulce, tal y como eran sus temas y su orquesta, del que por cierto, todavía se venden sus discos a tropel.
Mención aparte merece la aparición de Louis Armstrong, Benjamín Pollack, Gene Krupa, el grupo The Modernaires, Archie Savage y su grupo, Barney Bigard, Cozy Cole, Lionel Hampton, Paula Kelly y el grupo The Mellomen, que nos garantizan que ésta, es una película para escuchar, con una trama construida para esa música y no ,al revés. Para pasar una buena tarde, entre buena música. DELICIOSA.

¡Qué gran película!. La vida de Glen Miller interpretada por un sensacional actor clásico: James Stewart. June Allyson está maravillosamente bien. Una película de disfrute, de gozo de buen cine. Es algo sensacional visionar cine de enorme calidad fílmica, deleite hasta decir basta. Las canciones son sensacionales. Para un servidor, una Obra Maestra de Anthony Mann. Disfrútenla con su pareja a su lado, no se arrepentirá. JAVIER GARCIA -Revista LAS ESTRELLAS, Mis amigos y LOCOPORELCINE.COM-

Un film biográfico - hoy lo llamos bioepic- es algo bastante complicado. Qué tomar y qué dejar y cómo elaborar lo que se cuenta. Como ejemplo mayor, la Obra Maestra de Welles "Citizen Kane. Junto a biografías mediocres como la de "Cole Porter", otras magníficas como la de Charlie Parker "Bird" de Clint Estwood.

En 1953, una vez finalizada la guerra, cuando ya no es necesaria la propaganda, Anthony Mann emprende la realización de la vida de un músico que está y estará en la Historia de la Música. Si algo es llamativo en el film es el manejo de las "elipsis", esos tiempos que no se narran en imágenes pero que son fundamentales en la narración. (Lubitsh era un maestro). El tono es amable sin edulcoración, un tiempo que está más lejano de lo que creemos, una sociedad que respondía a motivaciones, valores y formas de vida que forman parte de la historia; no sólo de USA sino de la de todos nosotros que aprendimos y formamos muchas de nuestras miradas sobre el mundo en las salas de cine de una España en Blanco y Negro.

Si es cierto lo que Sloterdijk dice acerca de Derrida, : "la subjetividad solo puede entenderse "per se" desde la circunstancia de que los seres humanos son "habitados" desde siempre por textos", experiencias como "The Glen Miller Story forma parte de quellos que nacimos en los cuarenta.

Hay una compensación entre los momentos duros y los de éxito sin enfatizar ninguna de las partes sino que a través de las "elipsis" el film avanza dedicando lo imprescindible a la música para entender lo que ésta debe a Glen Miller. Escenas como la del bombardeo en Inglaterra, donde la Orquesta sigue "tocando", son una maravilla del tono que el film pretende transmitir. Otro momento , de gran director, es la forma de contar el fallecimiento de Glen Miller (ni siquiera la llamada del General a la esposa para darle la noticia). Pasamos a la escena navideña donde la Orquesta toca el tema recurrente en todo el film, y por fin logrado por su autor "El pequeño jarrón marron". Un Director como A. Mann, que ya era un maestro de la narración cinematográfica, (ver mi crítica, aquí en F.A., a sus 14 films rodados en los años cuarenta). está en posesión de todo su poder para contar historias que en este caso lo pone al servicio de lo que podría parecer un film romántico menor, pero que es una lección de maestría narrativa.
Los valores y miradas sobre el mundo pertenecen ya al "mundo de ayer", sin obviar los dramas y complejidades de los años 30 y 40, aquí tambien elididos, sólo enunciados. Creo que la escena del desembarco en las costas francesas en su parquedad es muestra de estilo narrativo. Hoy no hay miradas y valores -perdón- sobre el mundo actual, sólo proyecciones especulares sobre un futuro problemático, que nunca existe nada mas que como futuro anterior, transidas, de oportunismo , sobre especulaciones transversales/hegemonías culturales y tópicos sobre restos de las ideologías del siglo XX, identitarias de grupos de minorías, sin mirada colectiva hacia el futuro; fragmentarias y sectarias ,productos de la caída de un Mito de Sociedad, que como el Otro (A) lacaniano, se disolvió como azucarillo en el agua. Pero volviendo a citar a Sloterdijk : "espíritus maníaco coléricos que no pueden prescindir del marxismo como matriz de fantasías de venganza".

Concesiva película de Anthony Mann sobre la vida y ventura del histórico músico y director Glenn Miller. La historia mezcla la comedia y el drama moralista del "self-made man" americano. Los éxitos nacidos de la persistencia y demás. James Stewart de nuevo haciendo de James Stewart para una historia que hace aguas por algunas licencias que se toma el director en el desarrollo de la trama y la historia de amor de Miller y su mujer.

Sin duda lo mejor es el plano musical y las apariciones estelares de Gene Kuppra, Louis Amstrong o los Modernaires. Tengo entendido que ganó un Oscar en el apartado musical.

Interesante por ver como evoluciona el biotopic en el cine de Hollywood. Su aire idílico sería hoy impensable en los actuales biotopics que optan por el morbo y los vicios y virtudes varios prescindiendo casi de una historia que contar.

Ví esta pelicula un sábado a las 2 de la mañana, haciendo zapping y pensando más en acostarme que en otra cosa, al ver al bueno de James Stewart pensé en verla 15 minutos, y hasta que acabó no me separé de la pantalla.

Es una película excepcional, con música, música y más música, una música no muy conocida por estos lares que puede encandilar a los profanos, y supongo extasiar a los entendidos. Como mi caso es el primero, nada más acabar la película, empecé a buscar más música de Gleen Miller, (tenía varios de sus éxitos, pero con la película me dieron ganas de más), y a cantar por los pasillos, para sorpresa e irritación de mi perro.

En definitiva, una gran película, que más que lágrimas te deja una sonrisa en la boca y una cancioncilla en la cabeza, y sin saber porqué, en medio de la calle, empiezas a gritar, cincinatty 6-5000!!!