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Sabrina (y sus amores)

Comedia. Romance Sabrina Fairchild (Julia Ormond), la hija del chófer de la acaudalada familia de los Larrabee, desde niña se sintió fascinada por los hermanos Larrabee, especialmente por David. Convertida ya en una jovencita, gracias a los ahorros de su padre, se va a París. Cuando regresa a Estados Unidos, se ha transformado en una bella y sofisticada joven que deslumbra a David hasta tal punto que está dispuesto a romper su compromiso matrimonial con ... [+]
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
24 de enero de 2008
32 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin haber contemplado la Sabrina de Wilder imagino que será mucho mejor que este bodriete casposillo que continúa de manera sibilina el armario que abriera un lustro antes la indecente Pretty Woman. La ausencia de comedia y de romance echa por tierra las dos razones en las que se basa el film, por lo que nos queda un producto sin alma como muchas veces nos regala este extraño director, capaz de grandes y mediocres realizaciones. Además, contamos con Harrison bloque de cemento Ford, un tipo al que siempre he detestado por sus maneras en la ficción y lo que es más oneroso, por sus formas en la realidad. Lamentable pastiche.
Txarly
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10 de julio de 2011
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cabe comprender que algún productor avispado o director díscolo tenga la tentación de acercar a las nuevas generaciones los grandes clásicos en blanco y negro tan incómodos para los adolescentes de hoy en día, a los que nada más nombrarles el blanco y negro salen espantados como alma que lleva el diablo.

Dichos productores y dichos directores toman al espectador por idiota al pensar que el público que va a llenar las salas comerciales jamás vio aquellos clásicos y nos enfrentamos a las nuevas versiónes limpios de conocimientos e inexpertos en memoria cinematográfica.

Sólo hace falta pensar en el descalabro que supusieron versiones nuevas de los grandes clásicos que en ningún momento fueron capaces ni de igualarse el original. Se me viene a la cabeza, sólo por poner un ejemplo, la patochada de "Psicosis" de Gus Van Sant, rodada con una falta de estilo impresionante, o la reciente versión de Kenneth Branagh de la inolvidable "La huella" de Mankiewicz. Y así, multitud de dichosos remakes que han abultado nuestra desgana cinematográfica hasta la desesperación.

La bazofia envuelta en un pretendido glamour que nos ocupa ahora no escapa de esta ácida crítica a la falta de ideas de Hollywood, empecinado en manosear y violar algo que ya estaba hecho.

Para colmo de males, le endosan el producto a Sydney Pollack para que ya lo acabe de estropear, regodeándose con su estilo tan personal de filmar en colmar al sufrido espectador de la dosis injustificada de un aburrimiento que no te hace esbozar ni la más ligera sonrisa en lo que pretende ser una comedia. Vale que su desidia le valiera a la hora de recrear los bellos paisajes de "Memorias de África", o su "tempo" fílmico, cansino y mortecino, se justificara de alguna manera en el pseudo drama de "Caprichos del destino", pero para rodar una comedia se debe aplicar un nervio del que a todas luces Pollack carece.

Imagino que Harrison Ford ni siquiera pensó en que su mediocre actuación hiciera olvidar a Humphrey Bogart; Julia Ormond, muy guapa, pero contagiada de la sosería del producto, y el pobre Greg Kinnear, haciendo intentos por parecer algo creíble pero sin saber muy bien qué hace ahí.

Recuerdo que un amigo, cuando se estrenó esta película, me dijo: "no iré a verla para no perder el buen sabor del original". No se preocupen, mil veces que se visionara esto no podría hacer perder el sabor de la "Sabrina" original. No obstante, a las nuevas generaciones les diría que le dieran una oportunidad al cine en blanco y negro, que se olviden un poco del ansia recaudatoria de Hollywood reeditando innecesarios remakes como si fueran churros y que se fundieran un abrazo reconciliador con los grandes clásicos. Merece la pena.
Cenerento
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13 de diciembre de 2010
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al contrario de lo que comentaba hace unos días a propósito de Tienes un e-m@il, Sabrina es todo lo que un remake no debería ser.

En la película con Meg Ryan y Tom Hanks, se homenajeaba a una pequeña y no muy conocida comedia de los años cuarenta; mientras que aquí se trata de revivir un auténtico mito de la comedia americana. En aquella, los usos sociales, las costumbres, el carácter, el cortejo... se adaptaba a el momento histórico en que se encuadraba la película (finales del siglo XX), mientras que en Sabrina se mantienen todos ellos, como si nada en el mundo hubiera cambiado desde mediados de los años 50 a mediados de los años 90.

No cuela que una jovencita de hoy en día, pese a ser la hija del chófer, vaya vestida como una minera en una casa en los Hamptons. No cuela que esa jovencita se cultive en un viaje a París (teniendo a la ciudad más vanguardista y completa del mundo -Nueva York- a pocos quilómetros). Nadie viaja en avión con pamela... Estos son sólo pequeños detalles de una película repleta de gazapos, que podría haber sido fantástica pero sólo es entretenidilla.

Sus actores cumplen de lo más aburridos, como su director, sabiendo todos ellos que podrían haber hecho algo mucho más emocionante, entretenido y sobre todo, creíble.

Las clases sociales siguen existiendo, la ambición también. Todavía queda algo de elegancia. Algunas familias siguen formando núcleos cerrados y tradicionales. Por eso es una pena que las mentes pensantes de esta Sabrina de los años 90 no pensaran un poquito más, en vez de calcar con tiralíneas la versión de Wilder.
jaly
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22 de enero de 2009
20 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por muchas razones, mucho mejor que la versión de Wilder de 1954. Para empezar los actores: Humphrey Bogart (que moriria 3 años después) no está a la altura de Harrison Ford. Como galán romantico no pega y encima se le ve fuera de sitio y forzado -acabó enfrentado con todo el mundo-. Mejor hubiera sido la primera elección de Wilder, Cary Grant. Ford, sin embargo, es perfecto para el papel, y es huraño lo justo, además de que es lo suficientemente interesante y atento para hacer enamorar a Sabrina. Bogart no apasiona a nadie. Respecto a William Holden, en comparación a Greg Kinnear, hay que decir que sus papeles son diferentes. El primero es un crápula sin sentimientos y sin sentido del humor, mientras que el segundo inspira compasión y es divertido. La única que se salva en la cinta original es Audrey Hepburn, una diosa. Julia Ormond está mas que correcta, y su papel, en la etapa madura, está mas desarrollado. En cuanto a la pelicula, las comparaciones son inevitables. En la original, la trama en Paris es casi inexistente y artificial -ni se molestaron en visitar la ciudad-; en el Remake, es un homenaje a la capital francesa y un canto al desarrollo humano, sobre todo en Sabrina. Los gags cómicos en la original eran toscos y absurdos, mientras que en el remake son elegantes y fluidos, sin ser excesivamente brillantes. Y por supuesto, magistral la banda sonora del Remake, con un John Williams nominado al Oscar. En definitiva, me quedo con la versión de Pollack, que, lo admito, es una de mis 20 peliculas favoritas, y que, a pesar de haberla visto infinidad de veces, aún me sigue emocionando. Ah, y tuve el placer de verla en su momento dos veces en el cine, una experiencia fascinante.
ivanrguez
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14 de junio de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No he visto la versión original de Billy Wilder pero estoy casi segura de que seguramente es una gran película, porque este remake de Pollack es realmente bueno.

Es una película romántica muy mona. Peca de tener algunos diálogos y momemtos excesivamente pastelosos que hacen a sus personajes perder algo de credibilidad. Y además es bastante previsible a partir de su segunda mitad. Sin embargo parece que la previsibilidad es una condición sinecuanum en este tipo de películas, y yo lo acepto porque lo importante, que aquí es que las interpretaciones tengan el encanto sufiente, se cumple. La pareja protagonista tiene una química inesperada. Julia Ormond este bellísima y cautivadora, aunque algo sobreactuada en algunas (muy pocas) escenas. Y Harrison Ford pone en su ambigüo personaje un encanto y un misterio suficientes para captar nuestra atención. La película es el devenir romántico de ambos, y es narrado de forma entretenida y con la suficiente fuerza interpretativa para que ese sentimiento romántico empape en el espectador. Los secundarios también están muy bien y ponen el punto de humor (excelente Nancy Marchand).

Totalmente recomendable dentro del género romántico. Incluso puede llegar a hacer derramar alguna lagrima (o bien no, todo dependerá del nivel de sensiblería de quien la vea).

Como dato curioso observé a Inés Sastre en los créditos finales (como extra haciendo de modelo).

Lo mejor: Que hay química entre la pareja protagonista.
Lo peor: Hay personalidades que a veces no parecen muy creíbles por su exceso de cursilería.
Spark
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