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El violinista en el tejado

Musical. Drama Teyve, el lechero de un pueblo ucraniano, vive feliz con su esposa y sus cinco hijas, todas ellas solteras. Una tarde, mientras hace el reparto, conoce a Perchick, un pobre estudiante de Kiev con ideales revolucionarios. Los dos simpatizan, y Teyve le ofrece casa y comida a cambio de que le dé clases a una de sus hijas. Al mismo tiempo, Lazar Wolf, un rudo carnicero que se ha quedado viudo, pide a Teyve la mano de su hija mayor. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 42
Críticas ordenadas por utilidad
29 de diciembre de 2008
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es fácil conseguir consenso en torno a una película, pero si ésta es un musical la tarea es aún más complicada, imagino que también habrá alguien al que El Violinista no le agrade, pero me cuesta pensar que pueda ser así. La coreografía, los números musicales, su archiconocida banda sonora con su estrella “si yo fuera rico” a la cabeza, el trabajo de los actores, las localizaciones, el guión, todo en ella concuerda a la perfección y entonces se produce ese pequeño milagro que solo en algunas ocasiones se consigue, una película plena.
Me descubro ante Jewison, no es sencillo conseguir que un musical de tres horas se haga corto y que además en nuestra retina queden escenas que pasan a formar parte destacada de nuestra memoria cinematográfica.
Impagables son las conversaciones del protagonista (genial Topol) con “el creador” charlas sencillas como el que habla con un amigo, pero con moraleja e ingenio.
No digo yo que los judíos sean un pueblo impecable o que su historia sea inmaculada, pero ellos en muchas ocasiones también han sufrido persecución y odio. En esta cinta su vida sencilla se ve bruscamente truncada, pero antes de eso Jewison nos muestra como la vida cambia y cada vez cuesta más que los hijos mantengan las tradiciones de los padres, el mundo se hace más pequeño y evoluciona, ocurren cosas y éstas nos afectan aunque estemos en el lugar más recóndito del planeta.
Es una película de sentimientos, de emociones, de sacrificio, de abnegación, describe la mísera vida de un pequeño pueblo en Ucrania y las muchas penalidades y pocas alegrías de las gentes que lo habitan, y lo hace de una forma clara, directa, sin aspavientos, pero llegando al corazón.
Creo que cuando Jewison se planteo rodar este film, consulto el libro sagrado y éste le aseguró que haría un estupendo trabajo.
picais
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24 de mayo de 2010
22 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dejando a un lado que quienes patrocinan este coloso del musical son los todopoderosos hijos de Sion, por si no había suficiente en la historia del cine volcada a la hagiografía lacrimógena del martirologio judío y del pertinaz lapidarium sionista; siendo totalmente consciente y haciendo la vista gorda a este demérito de la película, sólo digo que es una obra magistral.

Puede ser que si Topol fuera rico fuese un malvado prestamista. Si Topol fuera rico no sería un personaje tan entrañable y gruñón. Hay mucho tópico aquí dentro. Y es que… poniéndonos en el lugar de su hija, la oveja negra del medio, reconvertida en devota ortodoxa por amor, repudiada por su estirpe, flaco favor se le hace al gran patriarcado, puede ser, estereotipado, de una religión cuyo signo de identidad es la cerrazón absoluta. Al menos eso dejan ver bien clarito en la película aunque sea entre alegre canción y canción.

Es cierto que… con escuchar a Topol mascullar entre dientes (o cantar) "te perdono, sé feliz", nos hacemos cargo del dolor del hombre arrastrando a su familia al sempiterno éxodo; a la huída de los progromos zaristas.

Aún así. No me gusta nada el panfleto magistralmente musicalizado que no disimula esta película para hacernos, otra vez, apologetas del sufrimiento humano publicitado (el judío antes del holocausto). Lo han industrializado, es cierto, sacándole rédito. Pero al menos en esta grandiosa obra, lo dicho, haremos la vista gorda por lo que impresiona.

Nada que ver con si nos gusta o no el musical. Está muy por encima de esos fanatismos tan cutres.

No obstante, dejo en el spoiler el motivo de la trama que más me repatea y que no entenderé aunque me lo explique Dios, Alá o el mismísimo Jehová*. Y todo eso pese a considerarla una auténtica joya, puesto que: si nos comemos grandes épicas sobre la historia americana, la de romanos o la de ingleses pirateando, seamos justos al admitir que esta película, la composición de la obra y de su música es una preciosidad que no merece menos del 10, obviando, repito, a la poderosa industria publicitaria del martirologio.

Que se divida en dos actos es más genial aún; algo que Spielberg quiso hacer con su Schindler pero que no, que a mí al menos, no me convenció. Maldito Spielberg y maldita sea su máquina de lavar cerebros. Ni por asomo podrían compararse.

Geniales números musicales, sobre todo los bailados por los rusos (que bueno... no son tan malos) y por los judíos, mayormente.

Fuera de todo este ruido, le doy sin pensármelo dos veces un diez como una catedral y la recomiendo apasionadamente a quien disponga de cuatro horas libres para cantar, llorar, reir, maldecir y hasta perjurar en arameo. O en hebreo. Me da igual…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Valkiria
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15 de julio de 2010
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que alegría siente uno cuando después de ver una película de 3 horas de duración, descubre que se le ha pasado el tiempo volando y que ha disfrutado desde el principio hasta el final.
Nos encontramos ante uno de los míticos musicales que ha superado el paso del tiempo de manera impecable, haciéndonos todavía hoy en día reír y emocionarnos.
Lo primero que quiero destacar son los personajes. Todos son fantásticos y a cada uno se le coje su propio cariño. Pero he de reconocer que el protagonista; ese padre de familia paupérrimo hasta decir basta y con cinco hijas y una mujer con bastante carácter; ahonda en uno y hace que uno se encariñe con él de una manera inmediata.
La historia es fantástica mezclando drama y comedia, bajo un telón de fondo en el que se habla de la situación revolucionaria de principios del s. XX que se empezó a vivir por la parte rusa, con la cual los trabajadores empezaron a reivindicar sus derechos y los jóvenes luchaban por romper con todas las tradiciones caducas y obsoletas que se vivían en su país.
A todo ello hay que añadir que se intercalan diversos números musicales, los cuales muchos de ellos años después todavía suenan muy bien (entre ellos su grandioso "If I were a rich man").
Creo que el musical es increíble y que no debe asustar su larga duración ya que resulta muy ameno desde el principio. En el guión se dicen frases fantásticas por la boca de su protagonista (sobre todo esos monólogos que tiene con Dios que son buenísimos).
En fin, gran película muy recomendable con la que uno soltará más de una carcajada, a la par que se lamentará por la situación tan dramática y extrema que vivirá la familia protagonista y todo el pueblo debido a la situación política que se vive en la historia.
icaro_81
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4 de julio de 2015
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El violinista en el tejado de Norman Jewison es un drama musical basado en un lechero judío de Ucrania que vive con su mujer y empieza con las preocupaciones de tener que casar a sus hijas, mientras alrededor comienzan a suceder las persecuciones a judíos. Dirigida con un ritmo vigoroso y con un estilo bello y arrollador, es una obra impecable en sus canciones y coreografías que fascinan al público con mucha personalidad de principio a fin, logrando plasmar lo que sin duda es uno de los mejores musicales de la historia para satisfacer a toda clase de públicos, concluyendo un sorprendente film que es insuperable en lo que expone y en cómo lo expone para dejar a todos los públicos atónitos.
La fotografía es hermosa y hace gran uso de los claroscuros en un alusivo trabajo que tiene un resultado sensacional y está bien cuidado en detalles encantadores para maravillar al espectador con una labor artística muy completa. La música es sobresaliente todo el rato al ser un musical enardecedor y estimulante en ciertas canciones y bello en sus inolvidables melodías que cautivan con tono agradable y emotivo a todo el mundo. Los planos y movimientos de cámara consuman un completísimo trabajo técnico mediante el uso de los circulares, seguimiento, generales, panorámicos, grúas, reconocimiento, avanti, retroceso, primeros y primerísimos planos, nadir, cenital, travellings y subjetivos que exprimen lo mejor de la historia y de las interpretaciones.
Las actuaciones son encantadoras y sinceras. Como protagonistas Topol está auténtico y deslumbrante como cabeza de familia y Norma Crane enérgica en un contundente papel, siendo magníficos los acompañamientos de Leonard Frey, Molly Picon, Paul Mann, Rosalind Harris, Michele Marsh y Neva Small. Emplea para estos la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones sugestivos de judíos de la época en cuestión en sus humildes ropas de campesinos en una gran labor que junto con los decorados de interiores y los exteriores te transportan in situ.
El guion, escrito por Joseph Stein, es hermoso al mostrar una historia que primero sitúa al espectador dentro de una familia judía y luego muestra sus alegrías y sufrimientos con bodas deseadas y no deseadas y con la continua persecución de su pueblo, logrando con ello emocionar, agradar y entristecer al espectador con una trama que tiene todos los componentes necesarios para perdurar en el tiempo con mucha eficacia. Esto se lleva a cabo con una narrativa al principio mirando a la cámara explicativa y afable con tono clásico, siendo el resto familiar y expresivo además de muy natural. Cabe destacar también, el montaje lineal y seguido que se toma su tiempo para exponer a sus personajes e historia.
Para finalizar, la considero una obra inmortal e indispensable en los musicales que es espléndida en resultado y sin duda una de las mejores de su género, cautivando a toda clase de cinéfilos con su historia y canciones que agradan al público durante todo su visionado. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, planos, movimientos de cámara, vestuarios, caracterizaciones y narrativa que hacen de El violinista en el tejado, un musical inolvidable y hermoso que conquistará a todos aquellos que se aventuren a verlo.
Elcinederamon
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15 de septiembre de 2005
26 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos de los números musicales son antológicos, de lo mejorcito que se ha hecho en el género musical ("Si yo fuera rico...", el resto de la canción es historia; también es muy famoso el tema "Tradition").
Ahora bien, el guión no es nada del otro mundo (me recuerda algo al de "Ordet", de Dreyer) y la duración es excesiva (¡tres horas!), lo que hace que a medida que avanza la película se haga menos soportable.
jastarloa
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