Equipo Marshall

Basado en hechos reales, el film se traslada a principios de los 70 cuando un accidente de aviación acabó con la casi totalidad de un equipo universitario de fútbol americano, lo que supone no sólo la desaparición del equipo sino el hundimiento anímico de una pequeña comunidad conmocionada por lo sucedido.

Sin embargo, los jugadores que se libraron del accidente conseguirán que se forme el equipo de nuevo. Pero organizar un equipo partiendo de cero tendrá sus dificultades máxime cuando en toda la comunidad está totalmente desgarrada por los acontecimientos. El responsable de "Los ángeles de Charlie", que responde al peculiar nombre de McQ, nos sorprende con una película bien diferente. Mucho más contenida, con un tratamiento mucho más dramático e incluso sin tanta espectacularidad.

El film no deja de ser uno de esos films típicos sobre superación personal a través del deporte, aunque en este caso no sólo es superación personal sino como a través del deporte, una comunidad consigue seguir adelante después de una gran tragedia. El film se beneficia de unas buenas interpretaciones de Matthew McConaughey (estupenda caracterización del entrenador), Matthew Fox, David Strathairn Ian McShane (por citar a los más importantes), también de una excelente reconstrucción, no sólo física, sino moral, tocando el tema con cierta sensibilidad, con unas buenas, aunque cortas, escenas de y con un inicio que ya hace presagiar la tragedia, pero evitando caer en la sensibilidad barata.

También es de agradecer el realismo del film en lo que a los resultados deportivos se refiere, ya que la intención del director es contar cómo el equipo volvió a iniciar su andadura partiendo de 0 (o incluso de más abajo), por lo que no se podía esperar que empezaran ganando partidos. El film se deja ver fácilmente y al evitar un excesivo sentimentalismo, tampoco es de los que buscan hacerte llorar.

Peli de transición: McG pasa de una secuela de "Los ángeles de Charlie" a una de "Terminator" y trata de encontrar algo que contar entre una y otra.

Es cierto que se deja por el camino unas cuantas rémoras videocliperas y que tiene hacia un clasicismo "de calidad" que le acerca a gente como Ron Howard (ay), pero la historia está más vista que el tebeo (me importa un carajo que estñe basado en hechos reales) y las escenas manidas abundan. Por otra parte las buscadas hechuras de GRAN FILM son obvias (sólo hay que ver las arengas del entrenador a sus jugadores, siempre acompañadas de épicamente intimsta música orquestal).

Pero no es una gran película. Sólo es una película correctita. De manual.

Lo mejor: David Strathairn y el siempre inspirado (coño, hasta en "Death Race" está bien) Ian McShane.

Lo peor: el INUTILAZO de Matthew McConaughey (este hombre es menos creíble que Ben Affleck), el abusivo uso de primeros planos cerrados y lo tópico del desarrollo.

We Are Marshal, está basada en hechos reales e incluso sus actores han contado con la colaboración de muchos de los protagonistas de aquellos meses de 1970 y 1971, a quienes dan vida en la película. No se trata solamente de una película sobre el fútbol americano, es una historia sobre el dolor y la superación, en este caso, de manera colectiva. Y sobre todo un claro homenaje a la ciudad de Huntington y al equipo Marshall marcados por la tragedia, el de aquel año 1970 y el de los años posteriores.

David Strathairn sin ser el verdadero protagonista de film, realiza un gran papel dentro del mismo y le imprime un carisma especial de hombre honrado y honesto como Decano de la Universidad de Marshall. El rol principal lo interpreta Matthew McConaughey, en una marcada caracterización de hombre llano pero lleno de sabiduría de la vida, que ocupa el puesto de primer entrenador del equipo. Y Mathew Fox, eterno "Jack" de "Perdidos", da vida al 2º entrenador de los Marshall. En el resto del reparto destaca Ian McShane con un marcado dramatismo y los jugadores del equipo, en especial dos de color, Anthony Mckie y Arlen Escarpeta.

La película goza de un buen ritmo narrativo lleno de momentos de emotividad, que no dejan insensibles al espectador, y más si le sumamos la magnífica BSO.

Película basada en hechos reales, correctamente rodada e interpretada. Más que las dificultades de construir un equipo de fútbol americano empezando de cero, era construir el armazón suficiente para todos aquéllos que perdieron a sus seres queridos después del accidente aéreo, y que con mucho trabajo y esfuerzo reconstruyeron no sólo sus vidas, sino al equipo de su ciudad que llegaría a cosechar éxitos años más tarde.

Bonito desafío y bonita historia la narrada en la película, con un buen reparto donde destaca un Matthew McConaughey al que nunca he visto con tanto peso físico.

Mi nota, un 6.

Por todos los amantes del cine es conocido la gran pasión de los americanos en rescatar historias dramáticas y épicas para endulzarlas con contenido melodramático y llevarlas al cine. Podríamos hacer una lista interminable bajo este perfil.

Y en la mayoría de ellas, el resultado final es el éxito que no se esperaba nadie. Conseguir lo imposible, lo impensable a base de esfuerzo, trabajo y tesón.

Equipo Marshall es diferente en ese aspecto. Partiendo de la base de un hecho real, un accidente de aviación en 1970 deja sin equipo de rugby a la Universidad de Marshall, ya que son pocos los jugadores que no acudieron a ese viaje y los cuales no llegan para formar un equipo legal. Todos son noticias negativas en cuanto a confiar en poder arrancar con un nuevo equipo. Los patrocinadores se retiran, los entrenadores rehusan entrenar y los jugadores no quieren vestir esa camiseta. Con lo cual el nuevo entrenador no cuenta con mimbres para comenzar la temporada y para colmo no los dejan jugar con jugadores del primer equipo. El mensaje que transmite la película no es de hacer un equipo para competir por el campeonato, sino el de luchar y esforzarse por conseguir que lo que antaño era el orgullo del lugar, no desaparezca para siempre. Y ahí es cuando aparece la figura del entrenador Jack, quien hará lo posible y lo imposible por realizar este sueño. No por triunfos, sino por orgullo.

Hay muchos momentos emotivos en la historia, de esos que te tocan la patata. No se pierdan la interrupción de Nate en la Junta y la gente en los alrededores del edificio, ni el día del partido la gente acudiendo al estadio. El reparto me ha gustado mucho, el personaje de McConaughey (True Detective) quizás está muy exagerado, pero cumple correctamente. Matthew Fox (Perdidos) me llenó más. Era parte de la familia y lo llevaba de otra forma. David Strathairn (Lincoln) como presidente Dedmon está soberbio. La pena ha sido las protagonistas femeninas y sus breves papeles, en especial Kate Mara y January Jones.


En cuanto a la parte del rodaje de las acciones durante el juego, son tan breves que parece que la película no trata sobre dicho deporte. Ya lo mencioné anteriormente, el deporte es secundario, lo primordial es el orgullo de los Marshall.