Northmen: Los vikingos

Hay películas que tienen todos los ingredientes para rebajar mucho las expectativas con las que se va visionar, como un director desconocido (con pocos títulos en su filmografía, entre ellos ‘El hombre sin sombra 2’), un país y unos actores que no destacan por su reconocimiento cinematográfico y supongo que un presupuesto no muy elevado, pero que incluso así te dejan un buen sabor de boca una vez vistas. Este es el caso de Northmen.

Quiero dejar claro que el film podría ser mucho mejor, de hecho podría clasificarlo como telefilm de sobremesa, pero de los buenos. Un argumento entretenido, unos actores que dejan que desear pero que cumplen con el conjunto (he visto grandes producciones con peores interpretaciones), escenas de acción muy bien rodadas y unos buenos paisajes hacen de ‘Northmen’ un film que teniendo en cuenta sus recursos, le podemos dar un aprobado.

He visto muchas películas anunciadas a bombo y platillo con grandes presupuestos y un marketing espectacular que después de verlas me he sentido insultado, esos largometrajes de atraco, en los que el tráiler es lo único bueno y cuya misión interpreto que es llevarte al cine para que pagues la entrada, hacer caja y que al salir se te queda cara de no enteder nada porqué sabes que te han engañado y has caído como un tonto. Por eso después de ver Northmen me he quedado satisfecho. Quieres ver Vikingos y luchas de espadas bien logradas sin más pretensiones? Entonces si tienes dos horas muertas y sabes lo que vas a ver sin demasiadas expectativas, ‘Los Vikingos’ sabe cumplir con su papel.

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Entretenida película de factoría suiza (algo exótico) que más que como aventura épica se nos presenta como una ensalada de géneros cinematográficos: desde la aventura épica mencionada, pasando por algunos toques de artes marciales y/o película medieval (con princesa de por medio), a un western en toda regla. La ambientación está bastantemente lograda, tanto en vestuario como en localizaciones, donde la fotografía es un punto a destacar. Las actuaciones son malas (sobre todo las de los villanos), problemas del casting o, más bien (y es lo que me supongo), del bajo presupuesto de la historia. Pero con lo que tiene se puede pasar una hora y media entretenida sin tener en cuenta la correlación de incoherencias que se nos muestran.

Y la historia va de un grupo de vikingos parias que naufragan en las islas británicas y huyen secuestrando a la hija de un rey local con el objetivo de pedir un rescate por ella. Lógicamente, el rey se encabrona y manda una legión de sicarios mercenarios encabezados por dos hermanos, uno de ellos la viva imagen de José Luis López Vázquez de joven, con el fin de rescatar a la princesa. Pero los mercenarios tienen otros planes y deciden acabar con la vida de la misma. Entonces los vikingos hacen bloque con la heredera y con un monje ninja-kung fú que entrenaba por el bosque y huyen todos juntos con el fin de encontrar un barco que los saque de semejante infierno.

Lo importante para enfrentarse a esta simpática película es no tener prejuicios y tomárselo como un ejercicio de entretenimiento, si atenerse a los disparates y los giros inverosímiles que nos muestran. Para pasar el rato está más que aceptable.

Antes de ser estudioso del cine, soy espectador; del mismo modo en que, antes de ser escritor de novelas, soy lector. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: PASABLE.
Ver este tipo de producciones bajo un sello europeo, y más concretamente suizo, siempre es buen síntoma. Pero, en este caso particular, la influencia hollywoodiense es harto clara. Aun con todo, estamos ante una distraída cinta de aventuras desarrollada en espacios abiertos, de una belleza incomparable. Un marco ideal para relatar la odisea de sus protagonistas a través de su sangriento periplo. Todo en el filme destila la magia de este tipo de películas, donde la furia prima sobre todo lo demás. Pero, ¡ay! no todo el monte es orégano. Y el ancestral defecto, que denominaré "bollocks" en la culta lengua se shakespeare, y que viene a ser algo así como "chorradas", deja también su marca aquí. Un torreón que se derrumba en minutos por una nimiedad; un carcaj cuyas flechas nunca se acaban a pesar de la precariedad; precipitarse al abismo en caída libre y aun así sobrevir sin apenas un rasguño, o la misma muerte del malvado de turno que se torna inverosímil. Se puede perdonar un fallo en la escala de una composición entre presonajes y paisaje, pero lo demás produce risa. Una risa que no debería asomar dentro de la regia y dramática historia que se nos cuenta. Desgraciadamente, este mal que comenzó en los albores de la cinematografía, ha ido escalando puestos hasta convertirse hoy día en una verdadera pandemia.

Básicamente se trata de una persecución que mantiene la tensión todo el rato. Todo el mundo muy sucio, como debe ser, con un puntito de fantasía hechicera. Con la violencia necesaria para una película de estas características, bien filmada en cualquier caso. No aburre en ningún momento.

Nuevo intento de aventura épica de acción con Vikingos como excusa, nueva decepción. Lo curioso es que haya cuatro guionistas para escribir una historia tan simple que podría caber en una servilleta. Se salvan los efectos especiales y algunas coreografías de combate, ya que los puntos negativos son francamente visibles y generales.

Los protagonistas tienen poco carisma, el grupo protagonista no puede ser más tópico: el nórdico fortachón, la chica indefensa, el monje guerrero y el arquero certero. Podría ser el tándem de cualquier otra obra de rol o aventura fantástica que se precie. Los enemigos del asunto son una comunidad de temibles guerreros balcánicos llamados los lobos y con terroríficas máscaras.

Una historia que hemos visto mil veces, una cruzada "buenos vs malos" que no deja de ser una persecución por verdes páramos y bosques escoceses en donde se fraguan refriegas con pérdidas puntuales para intentar sacar la emotividad del público, sin conseguirlo, ya que no crean ninguna empatía. Situaciones ilógicas, efectos especiales, aventura, batallas, carencia de guión y emoción, previsibilidad y aire de telefilm de acción es lo que esconde Norhtmen. Un intento de acercamiento para los amantes de la mitología nórdica muy descafeinado globalmente.