Haz click aquí para copiar la URL

Fresh

Drama Fresh es un niño de 12 años de Brooklyn que trafica con droga, pasando crack a los camellos locales antes de ir a la escuela. Su edad hace que pase desapercibido, y su temperamento tranquilo le evita problemas. Cuando puede, Fresh viaja a escondidas para jugar al ajedrez con su padre, un medio genio vagabundo al que tiene prohibido ver.
<< 1 2 3 4 5 >>
Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
24 de junio de 2010
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viviendo en un ambiente suburbano y marginal, Michael (Sean Nelson) o “Fresh” como le apodan sus amigos, sigue a sus doce años yendo a la escuela pero en sus ratos libres se dedica a trapichear cocaína como camello bajo las órdenes de Corky (Ryan Bryce). Esteban (Giancarlo Esposito) otro traficante, le ofrece trabajo para mover heroína, además de estar interesado por Nicole (N´Bushe Wright) la hermana mayor del chico que se ha ido del apartamento de Francis (Cheryl Freeman) la tía de ambos y que los mantiene bajo adopción. Poco a poco a Fresh se le irá cerrando un círculo más peligroso y hostil cuando es testigo de un par de asesinatos en una cancha de baloncesto provocado por uno de los hombres de Corky. Pero por si fuera poco, Chuckie (Luis Lantigua), un compañero de clase, quiere implicarse en los negocios de Fresh, ignorando completamente los peligros que eso implica. Fresh se evade de tantos problemas yendo a jugar al ajedrez de escondidas con su orgulloso y fracasado padre (Samuel L. Jackson), a quien no está autorizado ver.

“Fresh” sigue su pulso narrativo como una estrategia de partida de ajedrez. Los movimientos de este pequeño gran anti-héroe por las calles más infestadas de droga en una ciudad como es Nueva York lo exponen como un ser indiferente a los problemas del mundo (delinquencia, drogoadicción…), mientras no se entrometan con el suyo que, simplemente, se basa en ahorrar el dinero que va ganando sin que sepamos cual será su meta. Por lo tanto nos encontramos con un personaje incierto y despreocupado ante el porvenir mientras sigue su camino peligroso de potencial traficante de drogas. Su vía a la madurez se basará en alejarse de una probable deriva o camino sin retorno e intentar hallar las puertas de una redención tanto familiar (la preocupación y lástima latente que siente hacia su hermana Nicole) como personal (sus estratégicos movimientos por ponerlo todo en orden sin lastimarse).

Ópera prima con música del exmiembro de Police Stewart Copeland y producida por Lawrence Bender. Dirigida por el irregular Boaz Yakin (Niñera a la Fuerza), guionista de “The Punisher” (1989) un primer intento de renacer la marvel con un héroe de facha musculosa como Dolph Lundgren o la más reciente “Prince of Persia; las Arenas del Tiempo” (2010), divertimento reescrito de un videojuego con Jake Gyllenhaall de protagonista.
Natxo Borràs
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10 de junio de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fresh es un chico que vive en un barrio bajo donde abundan las peleas, los tiroteos y el trapicheo de drogas. Siendo apenas un adolescente, él mismo es un traficante de poca monta, un recadero para los camellos del lugar.
La película es un drama de los habituales que se desarrollan en estos entornos, en la línea de "Los chicos del barrio", por ejemplo.
No hay ningún actor famoso excepto Samuel L. Jackson, que hace de padre de Fresh, al que solo ve de vez en cuando para jugar al ajedrez. Eso no quita que las interpretaciones sean buenas. De hecho, el protagonista lo hace bastante bien.
La película es dura pero sin pasarse. Otras películas policiacas o de esta temática son mucho más violentas, verbal y físicamente.
La primera parte es incluso un poco lenta y no pasan muchas cosas, salvo mostrar la vida diaria en un barrio bajo de negros, sin un hilo argumental claro. Pero luego la cosa mejora cuando la trama se complica y Fresh urdirá un curioso e inteligente plan.
Sin duda, un film bueno, con la interpretación del desconocido Sean Nelson como su mejor baza.
i42poloj
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de septiembre de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué tiene esta película independiente para que sea una de las más sorprendentes del género Hood Film? Dirigida por Boaz Yakin e interpretada con gran acierto y en buena parte por niños relata la dura existencia de Fresh, un niño inteligente y audaz de Brooklyn que sobrevive trabajando para dos camellos locales, uno de heroína, latino y soberbio (interpretado por un gran GianCarlo Esposito) y otro de crack, negro y violento. Fresh se rodea de un mundo violento, vive en una casa hacinado con sus primos y primas con una tía que le riñe y para colmo su hermana a quien tanto aprecia es heroinómana y el camello latino para el que trabaja la quiere dependiente de la droga para poder beneficiarse de ella. La única evasión que tiene son las partidas de ajedrez que juega con su padre al aire libre (con un genial Samuel L. Jackson), pero éste es poco paciente y muy brusco con el chico, pero aun así Fresh aprende lecciones que le harán apostar fuerte a la hora de enfrentarse al duro ambiente que le rodea.

Ambientada en los años 90 durante la epidemia de crack, la película capta a la perfección la atmósfera del gueto, no es casualidad que el propio Yakin diera un curso de guion cinematográfico en el Bronx y que incorporara a la película historias reales que le contaban los niños de Brooklyn. La violencia se retrata tanto o incluso más por los diálogos y las situaciones como por la acción aunque contrasta con la ingenuidad de unos personajes, que a pesar de todos siguen siendo niños que sueñan con algo diferente, aunque a veces sea con convertirse en los gangsters a los que admiran personalmente. El film es sencillo y poco ambicioso, solo cuenta una historia que podría aplicarse a cualquier chico del Bronx o de Brooklyn, una historia común pero con unos protagonistas que atrapan a pesar de su escasa profundidad, la trama transcurre de manera continua y la audacia con la que se desenvuelve obliga a verla con interés. Aunque es una obra un poco pesimista hay un hueco reservado para la esperanza, ejemplificado en la metáfora del tren que está presente en la obra y con la que se da a entender que el niño pretende salir a toda costa de la dura existencia del gueto que lo atrapa.

Tras una serie de experiencias traumáticas entre las que se encuentran el tener que soportar que el jefe de la heroína para el que trabaja se beneficie sexualmente de su hermana o presenciar el asesinato de su amiga por uno de los traficantes de crack, Fresh construye un elaborado e inteligente plan para deshacerse de ellos con la finalidad de alejarse de una vez por todas de tan inquietante entorno, paralelamente juega una partida de ajedrez contra sí mismo que metafóricamente muestra su atrevido plan, las lecciones de una manera u otra han servido, pero al final queda la incógnita de si nuestro joven protagonista se ha visto desbordado por la situación y el arrepentimiento, de si todos los intentos que hizo por escapar de ese mundo lo terminaron de atrapar o de que si simplemente al fin y al cabo es simplemente un niño.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
CitizenCorleone
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8 de marzo de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
34/15(27/02/19) Boaz Yakin debuta en la dirección de un largometraje con un sugestivo drama de cine negro con dosis de thriller, volcando parte de las historias que niños de Brooklyn le contaron, encuadrada en lo que se dio en llamar el sub-género hip hop Hood, donde se expone la vida diaria en “gueto” del Bronx neoyorkino, un barrio deprimente poblado de drogas (durante el auge del crack), crimen, prostitución, y donde el valor de la vida es exiguo, . Todo ello filtrado por la mirada de un niño afroamericano que tiene que convivir en este sub-mundo marginal, donde la violencia es latente, sorteando las trampas del mundo depredador de los mayores, ello con ingenio, reflejado esto en su gusto por el ajedrez. Destacando además las buenas actuaciones de Giancarlo Esposito (eterno Gus de “Breaking Bad”), Samuel L. Jackson, y sobre todo un espléndido Sean Nelson como el pequeño protagonista. Tiene dos tercios iníciales donde se muestra con vigor las míseras rutinas en los 90 en este gueto de viviendas patéticas, surcado de “camellos”, yonkis, y crimen, pero siento que cuando entran en el tercio final la sub-trama del thrillern cae en tópicos, en lo inverosímil, se le va la mano con la astucia del chico, donde todo queda cogido con pinzas, apartándose de ese retrato crudo que era hasta entonces, además de ser un plagio de una novela varias veces llevada al cine (no la nombre por no spoilear).

Viviendo en ambiente suburbano y marginal, Michael (Sean Nelson) o “Fresh” como le apodan sus amigos, sigue a sus 12 años yendo a la escuela pero en sus ratos libres se dedica a trapichear cocaína como camello bajo las órdenes de Corky (Ryan Bryce). Esteban (Giancarlo Esposito) otro traficante, le ofrece trabajo para mover heroína, además de estar interesado por Nicole (N´Bushe Wright) la hermana mayor del chico que se ha ido del apartamento de Francis (CherylFreeman) la tía de ambos y que los mantiene bajo adopción. Poco a poco a Fresh se le irá cerrando un círculo más peligroso y hostil cuando es testigo de un par de asesinatos en una cancha de baloncesto provocado por uno de los hombres de Corky. Pero por si fuera poco, Chuckie (Luis Lantigua), un compañero de clase, quiere implicarse en los negocios de Fresh, ignorando los peligros eso implica. Fresh se evade de tantos problemas yendo a jugar al ajedrez de escondidas con su orgulloso y fracasado padre (Samuel L. Jackson), a quien no está autorizado ver.

La película tiene un tramo de arranque potente mostrando un día cualquiera en la vida de un niño, paseándonos por apartamentos mugrientos donde recoge droga para entregar a su jefe, mientras salta de piso en piso vemos la fuerte personalidad del protagonista (de ahí su apodo que da título al film), nos movemos por escenarios feistas, con una delineación de protagonista ágil, lo vemos combinando el colegio con su trabajo de camello, la inocencia que debiera tener un niño con el Averno de las drogas, prevaleciendo esto último, pues los compañeros de cole sueñan con ser camellos como “Fresh”, todo con lenguaje soez que suena natural, la violencia palpita en cada esquina, en medio de edificios decrépitos, calles pringosas. “Fresh” es un superviviente que debe convivir con lo peor, en una jungla urbana rebosante de podredumbre moral, con drogas, gangsters, prostitución, asesinatos, y esto Yakin lo muestra de modo seco, con momentos descarnados, como ese tiroteo en la pista de básquet, con tétricos y catárquicos resultados para el protagonista.

Pero la película falla cuando entra en ser un thriller, entra en el terreno de lo híper-realista, donde la manipulación me resulta me resulta impostada, puro artificio, que va en contra de lo que habíamos visto hasta entonces, se sacrifica el realismo en pos de la intriga, suspense y acción manufacturada, y que encima plagia claramente a la novela referida arriba.

Me gusta la idea (poco sutil) de la utilización subliminal del ajedrez como motor mental del protagonista, gestada idea cuando el padre de “Fresh” le aconseja durante una partida de ajedrez, que cualquier pieza del tablero se puede sacrificar para obtener al rey, osea, un bien mayor, la máxima de Maquiavelo “El fin justifica los medios”, y esto lo aplica el joven con su retorcido plan.

La puesta en escena resulta buena para transmitir el estado de ánimo pesaroso reinante en el relato, empezando por el feista diseño de producción de Dan Leigh (“Olvídate de mí!” o “John Wick”), rodando en escenarios naturales neoyorkinos de Brooklyn (Bedford-Stuyvesant; Bushwick; Brownsville), con lugares ruinosos, apartamentuchos híper-poblados y sucios, con calles cuasi-apocalípticas, edificios abandonados, parques desolados; todo esto realzado tétricamente por la cinematografía de Adam Holender (“Cowboy de medianoche” o “Smoke”), sabiendo emitir un sentido marginal a las imágenes, jugando con la escasa iluminación, con la semioscuridad, con los fuera de campo (excelente el del ataque de Esteban a la banda rival visto desde fuera), notable labor; La música la pone el fundador del mítico grupo inglés The Police, Stewart Copeland (“La ley de la calle” o “El informador”), alejándose de lo étnico hip hop, y envolviendo las secuencias en melodías dramáticas bien acopladas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
14 de noviembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se entrega sin concesiones, mostrando giros en una historia que los asume sin que representen incongruencia en el salto narrativo. Trata sin pudor el tema de las drogas, el ajedrez, las peleas de perros... Y todo ello con tan escasa correlación, que ello produce una película firme, desarrollada con talento... eficaz.

Excelentes interpretaciones, ambientadas con una peculiar banda sonora, sobresaliente fotografía y firme dirección , bien encaminada hacia un claro objetivo.

Mi valoración 6.5. Le daré la nota máxima de las dos posibles.
ALIENTO
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow