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La vía láctea

Comedia En una pelea callejera Sullivan (Harold Lloyd), un humilde lechero, derriba de un puñetazo a un boxeador profesional. Ante el posible escándalo el manager del púgil contrata a Sullivan para pelear. Es una oportunidad para alcanzar la fama y hacer fortuna. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
5 de enero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Opino lo mismo que en la anterior película que ví de este actor: el cine sonoro no le sienta nada bien. Las películas mudas de Harold Lloyd son un cachondeo, al nivel de las de Chaplin y Buster Keaton, pero con diálogos... decae bastante, la verdad.

En esta ocasión tenemos a un lechero que, por pura casualidad, acaba dejando k.o. al campeón del mundo de boxeo, y acaban contratándolo como boxeador, pese a que realmente no tiene ninguna dote para ello, excepto esquivar.

Es, hasta el momento, la película de este actor que menos gracia me ha hecho. Veo los sketches poco trabajados, demasiado forzados a lo cómico en ocasiones, y no ha terminado de convencerme, pese a hacer gracia en ciertas escenas.

Seguiré con la filmografía de este hombre hasta completarla, pero me da la sensación de que, a partir de los años 30, ya no es lo mismo.
TANOMUERTO
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8 de noviembre de 2010
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin excesivas pretensiones se nos planta delante la vía lactea. Una película hablada (y bien doblada) del señor Harold Loyd.

Pobrecito Harold. Su interpretación es increible, el ritmo de la película es ágil, los gags son buenos y sencillos (que no fáciles), buena fotografía, personajes bien (aunque la amiguita de Harold está muy acartonada) y un gran guión.

Pero pobrecito Harold. Él no tiene el carisma de Buster Keaton o Charlie Chaplin. Y aunque esta cinta es un clásico, fue condenada a ser imitada y plagiada hasta la saciedad. Tuvo su momento, que pasó rápido; hoy día ya todos conocemos sus chistes y gags.

En fin, ¿a qué vienen esas caras largas? ¡Ánimo, que se puede ver! Siempre y cuando, eso sí, uno sea muy vírgen en esto del cine o no la enfoque sin muchas pretensiones (que es mi caso), o para disfrutar de la tremenda interpretación del señor Harold Lloyd, tercero en el ranking de grandes cómicos, pero no por ello desdeñable.

http://cartasbestiabella.blogspot.com/
Javier IG
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5 de octubre de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un humilde y poco valorado lechero (Lloyd) noquea, para defender a su hermana, a un flamante boxeador profesional. Ante el escándalo que se puede formar, el mánager del púgil contrata al lechero para organizar combates y acrecentar su fortuna... Una de las mejores películas de la etapa sonora de Lloyd, una obra muy divertida, con no poca ironía y un punto surrealista de lo más apetecible. Lloyd desborda su talento y ensancha con agilidad su personaje: es un placer verle en tirantes y gafas, zigzagueando y esquivando golpes (con un león de mascota, algo repetido en "¡Oh, qué miércoles!"), consiguiendo un cómico efecto que mezcla tanto la habilidad como una torpeza inevitable.
McCarey lleva con muy buen ritmo la película, siendo algo alocada por momentos y con un único pero: la escasamente convincente subhistoria entre el boxeador y la hermana de Lloyd. Por lo demás, es una película magnífica para pasar el rato. Considerable guarnición de secundarios.
kafka
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